El futuro de los inmigrantes, pendiente de las elecciones de medio término
por Carlos Matías
Cientos de miles de extranjeros creen que su porvenir depende de una victoria demócrata en Congreso y Senado, pero esto no es del todo cierto. Decenas de miles de inmigrantes y refugiados extranjeros que quieren pedir asilo político, permiso de residencia y trabajo o la ciudadanía en los Estados Unidos estuvieron pendientes de los resultados definitivos de las elecciones de medio término, del 8 de noviembre pasado. Su destino puede depender, creen ellos, de que salga victorioso en ambas cámaras (Congreso y Senado) el Partido Demócrata.
Piensan estos miles de inmigrantes que su suerte depende de la Administración de Joe Biden y Kamala Harris, y de que los republicanos no puedan impedir las medidas que necesitan que sean aprobadas para regularizar su situación legal en el país. Medidas que vendrían a revocar las que puso en práctica Donald Trump desde el Despacho Oval.
Todos estos inmigrantes que aspiran a vivir el “sueño americano” tienen algo de razón en sus temores y expectativas, pero sólo en parte. “Es cierto que la Administración Trump ordenó cambios que hicieron mucho más lento el proceso de conceder los diferentes tipos de visas y permisos”, dice Raúl Pinto, abogado senior del personal del Consejo Estadounidense de Inmigración. “Fue como levantar un muro legal”, añade Pinto.
El Consejo Estadounidense de Inmigración (American Immigration Council) es una organización que trabaja para “fortalecer a Estados Unidos dando forma a la forma en que Estados Unidos piensa y actúa con respecto a los inmigrantes y la inmigración y trabajando hacia un sistema de inmigración más equitativo, que abre sus puertas a quienes necesitan protección y libera la energía y las habilidades que traen los inmigrantes…”
Antes de Trump, si el inmigrante peticionario veía rechazada su solicitud o visado, la Administración le animaba a aportar nuevos datos y a presentarla nuevamente con más y mejor información, para una nueva evaluación del permiso. “Con Trump, en cambio, el inmigrante no sólo no era informado de la posibilidad de mejorar la solicitud y presentarla de nuevo, sino que sus datos eran trasladados de inmediato a las instancias encargadas de su deportación”, señala Raúl Pinto.
Ahora, además, está la enorme acumulación de trabajo en estas instancias oficiales de inmigración y los consecuentes retrasos que provocan. Datos facilitados por el abogado Raúl Pinto a Sol de Medianoche evidencian lo siguiente:
La petición de una VISA para un familiar extranjero de un inmigrante tardaba una media de seis meses y medio en resolverse en el año 2017. En el año 2022 tarda 10.3 meses. La solicitud de Registro de Residencia Permanente o de Ajuste de Estatus se demoraba 5,5 meses en su resolución en 2017. Hoy (año 2022) tarda 22,6 meses. La petición de un familiar de refugiado o asilado para poder entrar en los Estados Unidos tardaba en ser resuelta (admitida o denegada) 7,9 meses en el año 2017. En 2022, 28,6 meses. Una Solicitud de Estatus de Protección Temporal se resolvía en 3,4 meses en 2017; en 2022, tarda 10,2 meses.
Pero no toda la culpa es de Trump. La pandemia del Covid-19 y los sucesos geopolíticos y conflictos militares han contribuido a colapsar un sistema que se ve superado por las circunstancias. “Si antes los permisos para entrar a residir en Estados Unidos por motivos humanitarios se contabilizaban por un promedio de mil doscientos expedientes cada año, con la retirada de las tropas estadounidenses de Kabul (Afganistán), el verano del año pasado, la cifra de tramitaciones ascendió a 50 mil, y con la invasión rusa de Ucrania el número ha vuelto a aumentar exponencialmente”.
“Se ha aumentado considerablemente la cantidad de solicitudes de visas y permisos, sin que el Gobierno Federal (ni éste de Biden, ni el anterior de Trump, ni el anterior de Obama) se hayan decidido a aumentar los recursos materiales y humanos que el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS) necesita para tramitarlos con la rapidez necesaria”.
“Hay que dotar al USCIS de más fondos que provean más recursos humanos y materiales”, dice Raúl Pinto, y por esto es tan importante (mucho más de lo que a primera vista pueda parecer) “la iniciativa de la Ley de Casos Atrasados y Transparencia, presentada por el congresista Tony Cárdenas el 25 de octubre”, que busca “abordar las largas demoras que enfrentan millones de inmigrantes que solicitaron un beneficio migratorio, pero no han recibido una decisión”. La Ley impondría requisitos estrictos de presentación de informes a USCIS, asegurando que la agencia informe al Congreso sobre la cantidad de casos pendientes y el tiempo promedio de procesamiento para cada tipo de beneficio de inmigración adjudicado por la agencia. “La propuesta de Cárdenas también requeriría que USCIS y la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO) analicen las causas del atraso y propongan ideas para reducir las demoras”, señala el abogado Raúl Pinto.