Recuerdo un momento en que mi amiga y yo estábamos aburridas en clase. Decidimos dibujar al mundo en una sola hoja de papel. Identificamos los continentes y los océanos. Después dibujamos objetos en nuestro mundo que representaban temas globales: basura en los océanos, bosques que han sido deforestados completamente, grilletes en África, huracanes en las islas, chozas en Sudamérica, nubes nucleares sobre Corea del Norte, refugiados desplazados huyendo de Siria, una mujer mirando a un hombre y los niños gritando. Cuando terminamos de etiquetar nuestro mundo, estábamos casi llorando.
Es doloroso ver el mundo desde la luz del miedo. Esta es nuestra realidad, pero si tuviera que volver a dibujar el mundo con ojos de amor lo vería muy diferente: gente reconstruyendo ciudades, Europa y Estados Unidos acogiendo a los refugiados, economías prosperando en varios países africanos, la ciencia y la medicina eliminando las muertes, generaciones jóvenes cuidando a los ancianos, la libertad como un derecho más que un privilegio, mujeres líderes de las naciones, niños que se adoptan en familias amorosas, árboles siendo plantados en el Amazonas, comunidades limpiando la basura de los océanos, un renacimiento de las especies que están en peligro... Mi mamá siempre ha dicho que nuestra perspectiva es nuestra realidad, y yo elijo ver el mundo a través del lente de la posibilidad y la esperanza. Después del terremoto del 30 de noviembre, vi a nuestra comunidad unirse y trabajar de una manera increíble: limpiamos escuelas y hogares, recaudamos fondos para familias necesitadas, invitamos a la escuela secundaria Gruening para formar parte de nuestra familia en la escuela preparatoria de Chugiak y abrimos las puertas de nuestras iglesias a los desplazados. Todo esto me ha enseñado a tener fé en el poder del amor, el poder de la comunidad y el poder de la unidad. Podemos elegir lo que queremos que parezca nuestro mundo, así que pongamos el amor en acción y sigamos las palabras de Martin Luther King Jr. “Debemos descubrir el poder del amor, el poder, el poder redentor del amor. Y cuando descubramos que podremos hacer de este viejo mundo, un nuevo mundo. Podremos mejorar a los hombres. El amor es la única manera”. (Sermón de “ama a tus enemigos”, 1957). |