El químico que amenaza al agua potable
La industria química ha invertido 61 millones de dólares en combatir las iniciativas para regular PFAS (Rebecca Trager 2021). La evidencia indica que en los últimos años la industria se ha enfocado en utilizar sus recursos para derrotar propuestas que pudieron haber logrado que las compañías pagaran por los costos de limpieza de la contaminación masiva que ha dejado PFAS a su paso. Hace más de 60 años, DuPont creó y empezó a utilizar PFAS para hacer productos de gran demanda incluyendo Teflón, el cual ha llegado a generar mil millones de dólares al año.
Las sustancias perfluoroalquilo y polifluoroalquilo (PFAS) son una clase de químicos fluorados que contiene más 5,000 configuraciones. PFAS es ampliamente utilizado por sus propiedades antiadherentes y de repelencia de agua en una gama de materiales. El problema, no se degrada fácilmente por eso se le conoce también como el químico para siempre (en inglés forever chemical). Su persistencia y más de varias décadas de estudios presentan una ola de evidencia científica que demuestra los serios riesgos a la salud, el agua potable y el ambiente de estos químicos. Algunos de los efectos asociados a la exposición de PFAS son debilitación del sistema inmune, cáncer, daños al sistema cardiovascular, serios efectos al sistema reproductor, condiciones de las tiroides y el hígado. Las grandes demandas judiciales de PFAS presentadas en los últimos años por los consumidores se han resuelto antes de llegar a juicio. DuPont ha pagado al menos $400 millones en acuerdos relacionados con los productos químicos hasta el momento (Morgenson 2020). Erik Olson del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales compartió con The Guardian que la principal estrategia utilizada por los cabilderos de la industria química es similar a la del tabaco y el petróleo, creando una nube de dudas sobre la ciencia que claramente demuestra la amenaza a la salud provocado por exposición a PFAS (Rebecca Trager 2021). En Alaska no estamos exentos de ser afectados por contaminación por PFAS la cual afecta a Estados Unidos (EU) y el mundo. En el reporte investigativo Amenazas al agua potable y salud pública, la magnitud del problema PFAS, sus consecuencias de inacción regulatoria y recomendaciones* publicado por Alaska Community Action on Toxics (ACAT) en el 2019 presentó serios hallazgos de contaminación por PFAS en varias áreas de Alaska. PFAS se ha descubierto en más de 100 sitios individuales en casi 30 ubicaciones desde que el Departamento de Defensa de los EU y el Estado de Alaska comenzaron a investigar la contaminación por PFAS. Diez comunidades de Alaska tienen PFAS en su agua potable a niveles considerados inseguros por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de EU y es probable que la cantidad de comunidades con agua contaminada aumente a medida que se realicen más muestreos. Según Safer States, en el 2021 en los EU se presentaron más de 161 piezas de ley para regular PFAS. Para ese mismo año 33 estados introdujeron legislación para regularlos, y fueron adoptadas un total de 33 piezas legislativas en 15 estados. Cerca de 100 proyectos de ley para regular PFAS que comenzaron en el 2021 continúan en el 2022. Y 22 estados que presentaron proyectos de ley en el 2021 continúan su progreso en el 2022. Es importante notar que en el 2018 hubo 38 proyectos de ley relacionadas a PFAS, en el 2021 hubo 123. En Alaska, estamos tomando acción y solicitando apoyo de constituyentes, líderes, aliados de la salud y el ambiente a comunicarse con sus legisladores y demandar apoyo a las piezas legislativas en el senado, SB 121 y en la cámara de representantes, HB 171. Estos proyectos de ley son un primer paso para hacer justicia y proveer salud ambiental a miles de alasqueños que su salud se ve amenazada por contaminación por PFAS. Según decretado por las Naciones Unidas, el agua potable es un derecho humano fundamental. Así es enseñado por la sabiduría ancestral, planetaria, de los indígenas Nativos de Alaska y los pueblos indígenas de América, el agua es vida. Es responsabilidad del gobierno y de todos los ciudadanos, proteger y conservar este preciado elemento para el bienestar de todos, especialmente lo más vulnerables y las futuras generaciones. La Dra. Samarys Seguinot-Medina es Boricua, directora de salud ambiental en ACAT y residente en Anchorage, Alaska. *https://www.akaction.org/wp-content/uploads/Report-Threats-to-Drinking-Water-and-Public-Health-in-Alaska-FINAL-web-version-9-24-19.pdf |