El estudiante de biología de la Universidad de Alaska-Anchorage e investigador de pregrado quiere inspirar a otros estudiantes
Por LINA MARISCAL
Javier Acuña
Los abuelos de Javier Acuña eran trabajadores agrícolas mexicanos que se establecieron en Texas. Su madre, Ana, vio lo duro que trabajaban sus padres y desde temprana edad sabía que quería una vida diferente. Después de graduarse de la escuela secundaria, Ana Acuña se unió al Ejército de los Estados Unidos, y así fue como llego a Alaska.
Fue aquí donde se conocieron los padres de Javier Acuña. El padre de Javier tenía 19 años y estaba de visita en Alaska al mismo tiempo que trataba de aprender inglés. Sergio Acuña anhelaba trabajar duro para salir adelante en la vida. Aprender inglés fue el primer paso. Tanto Ana como Sergio coinciden en que el trabajo duro y la determinación son claves para tener una mejor vida.
Así describió Javier Acuña a sus padres y dice que es lo que le da razones “para ir más allá de lo que creemos que son nuestras limitaciones”. Sus padres siempre le han inculcado el deseo de trabajar más duro e intentar ser más destacado que los demás. Estudia el último semestre en biología en la universidad. También trabaja como investigador de pregrado para el Departamento de Biología de UAA.
Javier pasa tiempo aprendiendo sobre la población de caribúes en el Ártico. Habla emocionado sobre lo que aprende de su investigación, desde sus patrones de viaje hasta la dieta de estos animales. “¡Cuando era niño, me fascinaba la naturaleza! Veía Animal Planet, NatGeo, Discovery”, nos comentó. Él admite que está en un campo con pocos latinos, pero se siente feliz haciendo lo que ama “porque al final del día, quiero ser alguien que ayude a abrir el camino para otros latinos”, mencionó.
Su madre siempre lo ha empujado a poner la educación en primer lugar y su padre ha demostrado que cuando tienes determinación, nada es imposible. Javier habla orgulloso de su padre.Nos cuenta que Sergio, su padre, se convirtió en el vicepresidente de la empresa donde comenzó como trabajador de la construcción.“Mi padre se abrió camino y se convirtió en un organizador sindical, después fue un agente de negocios y finalmente el primer latino en ocupar el cargo de vicepresidente de esa compañía”, señaló.
No hay duda de que Javier está orgulloso de sus raíces latinas. Hace once años, junto con otros jóvenes latinos, se convirtió en parte de Agave Azul, la única banda de mariachi de Anchorage. También se desempeña como presidente de la Unión de Estudiantes Latinos (LSU) en UAA, un club estudiantil con la misión de revivir y compartir la cultura latina en la universidad.“Hay mucho más que compartir aparte de nuestra comida.Tenemos música, arte, tradiciones...” señaló. Con alrededor del ocho por ciento de los estudiantes de la UAA identificándose como Latinx, Javier espera aumentar la membresía del club LSU. Y al igual que encontró su lugar en biología, quiere inspirar a los estudiantes de la UAA a darse cuenta de las oportunidades que tienen por delante y dedicar tiempo para concentrarse y estudiar.