Kushtaka, el “hombre-nutria” de Alaska Por carlos MatÍas
Desde hace semanas, los medios de comunicación de regiones tan dispares como América Latina y Rusia dedican su atención a la leyenda de Kushtaka, un supuesto homínido gigante de Alaska, familiar del Yeti asiático y del Big Foot norteamericano, al que las tribus indígenas Tlingit y Tsimshian llaman “hombre nutria”. Periódicos como El Universal o Zócalo, en México, o la agencia rusa Sputnik, se han ocupado del caso.
Se cree que Kushtaka llegó a América desde Asia, donde habita supuestamente el Yeti, en Nepal. Cruzó el Estrecho de Bering en la última glaciación, como los antepasados de los pueblos nativos americanos y ciertas especies animales. Algunos de estos homínidos se asentaron en Alaska (Kushtaka); otros bajaron a lo que hoy son California y Oregon. También han sido vistos en Arkansas y en la Costa Este: Florida, Luisiana o Carolina del Norte (Big Foot).
Las instituciones que han investigado estas criaturas no encuentran evidencias claras de su existencia. Pero hay testigos. Entre ellos, agentes de policía y sheriffs que aseguran haberlos visto.
En 1967, Roger Patterson y Bob Gimlin grabaron por unos instantes a un Big Foot, al Norte de California. La película era de celuloide. Faltaban dieciséis años para el primer vídeo digital. Por tanto, era imposible trucar las imágenes. Después de cincuenta y tres años de análisis, nadie ha podido arrojar dudas sobre su autenticidad. Kushtaka ya protagonizó artículos en prensa estadounidense e internacional, desde el rotativo francés Le Matin hasta el hindú The Indian Express, cuando en 2013 el actor neoyorkino Charlie Sheen sobrevoló Alaska para encontrarlo.
Otros enigmas de América Kushtaka no es la única criatura extraña en Alaska con analogías en otros puntos del planeta. En el Lago Iliamna, el más grande del estado, habita supuestamente un esturión blanco de diez metros que da nombre al lago, como Nessy, el monstruo del Lago Ness, en Escocia; Ogopogo en el Lago Okanagan, de Canadá; o Nahuelito, del Lago Nahuel Huapi, en Argentina.
Cada cultura tiene sus leyendas, algunas ligadas a animales, como el Cadejo, un perro endemoniado en Centroamérica, y otras asociadas a seres sobrenaturales. La más internacional es La Llorona, el fantasma de una mujer condenada a llorar su culpa por la pérdida de sus hijos. Desde México hasta Chile, la leyenda cuenta distintas historias: que La Llorona los mató para vengarse de los malos tratos e infidelidades de su marido y ahora induce a otras madres a que asesinen a los suyos, o que fue una irresponsable que dejó a su bebé junto a un río para irse a bailar y el río creció y se llevó al niño.
En Venezuela y Colombia está el Silbón, un chico condenado a vagar con los huesos de su padre, al que mató. El Silbón emite un silbido que, si se escucha cerca, es que está lejos, y si se escucha lejos es que está cerca y puede matar a quien lo oye.