Las dos caras de Biden “Humaniza” las fronteras y criminaliza a los migrantes
por carlos matías
El 5 de enero, el gobierno de Joe Biden anunció nuevas medidas para una expansión del proceso de libertad condicional humanitaria (humanitarian parole process), mientras que aplica el Título 42 de Donald Trump, ampliado para expulsar a los inmigrantes que lleguen a USA desde México.
Algunas de las medidas han entrado en vigor; otras lo harán pronto y el resto cuando expire este Título 42. Pero todas se quedan cortas para la emergencia humanitaria de los hacinados en las lindes mexicanas. La peor conclusión es que la famosa novela de Robert Louis Stevenson “El extraño caso del doctor Jekyll y míster Hyde” ha cobrado vida en la Casa Blanca. Joe Biden “Jekyll” anuncia cambios migratorios “aperturistas” y la tramitación de 30,000 peticiones de asilo cada mes, a un promedio de mil diarias. Joe Biden “Hyde” permanece impasible ante el Título 42 de su antecesor y lo aplica ampliado para expulsar a otros 30,000 migrantes al mes, o sea, a otros mil diarios.
La Corte Suprema ordenó prolongar la vigencia del Título 42 de Trump, el pasado 19 de diciembre, sólo dos días antes de expirar (el 21). Trump lo instauró en marzo de 2020, con el pretexto de evitar la propagación del Covid en la Unión Americana. Pero lleva casi tres años permitiendo a USA expulsar “sin molestas contemplaciones” a los inmigrantes que llegan a la frontera con México.
“Debido a esta expansión del Título 42, la mayoría de los ciudadanos de Cuba, Nicaragua, y Haití serán expulsados a México, país que permitirá estas 30,000 expulsiones mensuales de dichos ciudadanos y de los venezolanos”, explica a Sol de Medianoche la directora de comunicaciones en Alianza Américas, Elyssa Pachico. Alianza Américas es la principal red transnacional de defensa de organizaciones latinoamericanas de migrantes en Estados Unidos, América y el mundo.
Diecinueve estados republicanos querían prolongar la vigencia del Título 42. Alegaban un colapso fronterizo y el impacto negativo en sus territorios. Biden quiso poner el punto final, pero no fue eficaz. Estados Unidos sigue deteniendo a miles de personas para devolverlas en pocos minutos a sus puntos de procedencia, donde pueden ser perseguidos, maltratados, apaleados, torturados, violados o ejecutados.
Para Alianza Américas, las medidas anunciadas por Biden son un avance hacia la migración regular. Amplían el programa de libertad condicional para Cuba, Haití y Nicaragua, lo que permite solicitar protección o permanecer en el país durante dos años, con un permiso de trabajo obtenido como consecuencia de la tramitación de una de las 30,000 solicitudes mensuales de asilo presentadas. Pero son insuficientes, teniendo en cuenta el número de personas que se han visto obligadas a abandonar sus países y que sólo se aplican a las tres nacionalidades citadas, más a los venezolanos.
Otras acciones afectarán a una gama mucho más amplia de migrantes, específicamente la regla de que cualquier persona que viaje a través de un tercer país antes de llegar a los Estados Unidos, y sin buscar protección primero allí, no será elegible para solicitar asilo en USA, aunque el Departamento de Seguridad Nacional anuncia excepciones.
Los requisitos exigidos hacen que presentar una solicitud de asilo sea casi inviable y muy costoso para la mayoría de los migrantes. “Estas medidas están orientadas a limitar y detener la entrada a los Estados Unidos. Están tratando de obligar a las personas a huir de una manera planificada y ordenada, lo que no tiene sentido”. Según Oscar Chacón, director ejecutivo de Alianza Américas.
“Hay una percepción errónea de los migrantes latinoamericanos y caribeños como individuos indeseables y una carga para la nación”, explica Óscar Chacón. “Nada más lejos de la verdad, ya que han demostrado ser una bendición económica y social para Estados Unidos y para millones de hogares que reciben sus remesas en los países de origen”.
Entre tanto, unas 50,000 personas siguen recluidas en centros de detención, lo que cuesta unos $1,800 millones al año. Fondos que podrían gastarse en las comunidades de inmigrantes, incluyendo asesoramiento legal, vivienda, salud, transporte, educación y otros programas. Además, “se están desviando fondos de ayuda por el Covid para la construcción de cárceles y presupuestos policiales” con los que reprimir y perseguir la inmigración, según denuncia Presente.org, integrado con Alianza Américas. Para muchos, huir del hogar es una cuestión de supervivencia. Las personas no quieren abandonar sus países de origen: se ven obligadas a huir. El gobierno de EU debe adaptar la política hacia Centroamérica que tenga en cuenta las nuevas realidades, explica Elyssa Pachico.