Tras el terremoto que sacudió México y el huracán que azotó Puerto Rico, Latinos Unidos de Alaska recaudó fondos para ayudar a las víctimas. Con el apoyo de la comunidad de Anchorage, Latinos Unidos de Alaska organizó un baile con una subasta en el pasado mes de noviembre. En el evento se recaudaron $14,638.24. Después de pagar los gastos de renta e impresión de boletos, quedaron $12,988.43 para las donaciones en ambos países. Esta muestra de solidaridad es prueba de lo que los pueblos unidos trascienden fronteras y que cuando hay voluntad y corazón se puede realizar lo imposible.
Para el caso de México, el dinero se destinó a cuatro familias de la población de Tepetlixpa, que se encontraban en gran necesidad de vivienda. A cada familia se le apoyó con el material necesario para construir un hogar de 4 x 4 metros. Algunas familias consiguieron el apoyo de un albañil. Latinos Unidos de Alaska donó el costo de la mano de obra cuando las familias no pudieron absorberlo. El material para la construcción se compró en la tienda local, con lo cual también se pudo ayudar a un pequeño negocio de la comunidad. Se consideró el tipo de cambio de 17.10 pesos por dólar, que correspondía al día en que se hizo la cotización. Juana Martínez recibió una de las donaciones. Ella cuenta que durante temblor ella estaba en el mercado, pero cuando llego a su casa vio que ésta se había caído. Juana relata que entonces se puso a gritar “¿dónde están mis hijos?” Afortunadamente todos habían alcanzado a salir y no hubo pérdida de vidas. Pero el esfuerzo que habían hecho durante muchos años para tener una casa se vino abajo en minutos. Doña Juanita Romualdo recibió otra de las ayudas. Ella vive con sus hijas e hijos, algunos de ellos tienen sus propias familias y su nueva nieta tiene tres meses. Un cuarto hace gran diferencia cuando la familia es grande. Doña Juanita manda bendiciones para todos aquellos que tuvieron a bien mandar la ayuda y les desea que sus bienes se multipliquen. Ahora su familia tiene un cuarto más para dormir seguros y calientitos, ya que en Tepetlixpa hace frío, especialmente en las noches, y las casas no cuentan con calefacción ni aislamiento término. La familia de Juanita Romualdo se hizo cargo de la construcción con los materiales donados por Latinos Unidos de Alaska. Otra familia beneficiada es la de Rosita Ávila, quien vive con su esposo Alejandro y sus dos hijas, Xóchitl y Yaretzi, de seis y dos años respectivamente. Su esposo es músico en una banda, pero trabaja en todo lo que se pueda, pues a veces con lo que le pagan de la música no es suficiente. A Xóchitl le gusta mucho ir a la escuela y está aprendiendo a leer y a hacer cuentas. Junto con un albañil, Alejandro se hizo cargo de la construcción. Ellos están muy agradecidos con la comunidad de Alaska, sobre todo porque este nuevo cuarto les dará una mejor calidad de vida a sus hijas, que dormían en un cuarto temporal hecho con tablas, plástico y láminas de cartón. La señora Cruz Tecolapa recibió el último de los apoyos destinados a México. Ella también vive con sus hijas, hijo y nietos. Al principio estuvo muy sorprendida de que en Alaska la gente se haya preocupado por ellas. Sus hijas hacen tortillas a mano y las venden por docena o por kilo. Ha sido difícil reconstruir después del temblor, así que esta ayuda ha sido de gran impacto, pues les ha permitido ponerse de pie y seguir adelante luchando. |
Fotos: Itzel Yarger
|