Microempresarios en lucha
Solo el 12% de las empresas afroamericanas y latinas y el 25% de las empresas asiático americanas han podido acceder al PPP (Paycheck Protection Program), el cual fue aprobado en abril por el Congreso con un paquete de estímulo de $350 mil millones. Si bien el objetivo del programa era ayudar a las pequeñas empresas con menos de 500 empleados a sobrevivir durante la pandemia, en solo dos semanas los fondos se agotaron después de que cadenas de hoteles, restaurantes e incluso grandes empresas con capital de riesgo, fueran las beneficiarias del dinero.
“No fue una pelea justa”, dijo el filántropo Charles Phillips, Director de clase A del Banco de la Reserva Federal de Nueva York (FED). “Todo el dinero se fue a los grandes bancos”. Phillips explicó que las pequeñas empresas no tienen relaciones con gigantes bancarios como JP Morgan o Bank of America, que tienen la maquinaria aceitada para llenar aplicaciones de manera automática, recibir el dinero del gobierno y satisfacer a sus grandes clientes. Para los microempresarios, los préstamos del PPP deben ser otorgados a través de las Instituciones Financieras de Desarrollo Comunitario (CDFI en inglés) que tienen un capital más limitado y que sirven a comunidades que enfrentan la barrera del idioma inglés. Aunque existen un poco más de 1000 CDFI en todo el país, solo 90 participaron en la primera ronda de préstamos. “El proceso de aplicación es muy complicado y ahora el gobierno está dando mayor guía y los bancos pequeños que participan están aprendiendo las normas”, dijo Philips. A fines de abril, $484 mil millones adicionales fueron aprobados por el Congreso para la segunda ronda de financiación del PPP. De ellos, $60 mil millones fueron destinados para ser distribuidos por bancos más pequeños con menos de $50 mil millones en activos. Eso ha permitido que en esta ocasión 324 CDFI estén participando y que los montos de los préstamos hayan disminuido de un promedio de $260,000 a $115,000, lo que indica el acceso de pequeños empresarios al dinero. Otras de las barreras, explicó Phillips, es que por ejemplo más del 90% de los negocios de afroamericanos no produce documentación como las formas W2 o 1099, o simplemente no se pueden dar el lujo de pedir préstamos que no van a poder pagar después. Entre la comunidad latina incluso, ya hubo gente estafada por agentes inescrupulosos que les pidieron dinero a cambio de llenar las solicitudes. Además, el programa PPP estipula que el 75% del préstamo debe usarse para cubrir la nómina y hay empresas cuyos gastos operacionales superan en creces los salarios. “Ahora no se necesita garantía o registros de impuestos colaterales. Ha sido más fácil en la segunda ronda”, dijo Philips. “Pero todavía tenemos razones para preocuparnos, necesitamos más estímulos financieros y hay más gente reconociéndolo tanto en la Cámara como en el Senado”. En las últimas semanas el Congreso aprobó cuatro leyes bipartidistas, dos de las cuales destinan fondos adicionales al PPP por un total de $300 mil millones, según explicó el representante Ted Lieu, del 33º Distrito del Congreso de California. “Nosotros (los demócratas) peleamos duro para que la segunda ronda de fondos fuera accesible para las empresas con menos de 20 empleados”, dijo Lieu, cuyos padres inmigrantes crearon una empresa sin tener idea de lo que era un préstamo, una cámara de comercio o cómo funcionaba el gobierno. “El reto es que las CDFI y los negocios entiendan que este programa existe”. Por eso Lieu aseguró que cada miembro del Congreso tiene personal dedicado a ayudar a los dueños de negocios a solicitar los préstamos. Un problema de género Además de los problemas que las minorías enfrentan para acceder a estos créditos, históricamente los negocios fundados por mujeres sólo obtienen un 2% de los fondos de capital de riesgo. La cifra la compartió Shelly Collins Kapoor, socia fundadora de Shatter Fund, un fondo que invierte en la etapa inicial de compañías fundadas por mujeres emprendedoras, al alertar lo que puede pasar en una era post COVID-19. Alrededor de 12,3 millones de empresas en todo el país son propiedad de mujeres. Emplean a nueve millones de personas y generan $ 1.7 trillones en ingresos. La empresaria advirtió que la pandemia no puede permitir que pase lo que en la Segunda Guerra Mundial: “las mujeres se suben las mangas durante la crisis y cuando esta pasa, su labor es olvidada”, dijo refiriéndose a la cantidad de mujeres que son trabajadoras esenciales. |