“Nosotros estamos con muchas ganas de luchar contra todo lo que estamos viendo y escuchando”, dice Miguel Ramírez, “Oso”, percusionista de La Santa Cecilia cuando se le pregunta sobre la actual crisis migratoria. “Lo único que podemos hacer es utilizar nuestra voz para representar a nuestra comunidad de una manera digna, para que la gente vea quiénes somos de verdad los inmigrantes”, añade. La Santa Cecilia es una banda compuesta por dos inmigrantes latinos (José Carlos, “Pepe”, proveniente de Oaxaca, México, y Alex Bendana, venido de Venezuela) y dos americanos hijos de inmigrantes hispanos (“La Marisoul” Hernández y el propio Oso).
La Santa Cecilia nació en Los Ángeles. Sus integrantes se conocían porque todos habían cruzado caminos trabajando en grupos y orquestas, lo mismo de música tradicional latinoamericana que de jazz o funk. Todos tenían la inquietud de hacer algo original y de aportar algo a la ciudad de Los Ángeles. Fue entonces que armaron la banda. Desde que la banda nació, su música ha rendido tributo a ambas culturas, la hispana y la americana. En sus canciones se sienten lo mismo la influencia de los ritmos latinoamericanos, como el bolero o la salsa, que el sonido de los Estados Unidos. Oso comenta que en sus hogares de infancia escuchaban a Juan Gabriel, Yuri y Los Bukis en la cocina con sus padres, mientras que en las recámaras con sus hermanos podían escuchar a Led Zeppelin, The Doors o Bob Marley. Los integrantes de La Santa Cecilia escriben su música y han querido que en ella se perciba su condición inmigrante como un puente que une naciones: “nuestra experiencia es interesante porque manejamos las dos culturas. Eso nos da una fuerza muy grande”, señala y celebra que el bilingüismo sea parte natural de sus canciones. Ganadores en 2013 del Premio Grammy como Mejor Álbum de Rock Latino Urbano o Alternativo, La Santa Cecilia ha tocado con frecuencia el tema de la inmigración en los Estados Unidos. Ese mismo año, con su canción El Hielo (ICE) dieron voz al miedo de los indocumentados a la deportación. La letra lleva a la vida cotidiana la experiencia inmigrante. Habla del miedo de las familias y de las heridas que deja la incertidumbre. Oso comenta que La Santa Cecilia cuenta su historia desde la perspectiva de la comunidad de inmigrantes. “Nosotros no comenzamos como una banda política; comenzamos como una banda que tiene una gran fe en lo que se puede lograr con la música. La gente dice que somos una banda activista, pero simplemente hacemos lo que sentimos en el alma, en el corazón”. ¿La música puede hacer una diferencia? Oso contesta sin dudar: “La música tiene un poder muy grande, pero cada uno de nosotros como individuos tiene el mismo poder de cambiar el mundo simplemente a través de nuestra manera de ver las cosas, de nuestra educación y de nuestra fortaleza para hacer algo positivo”. Anchorage Concert Association presentará a La Santa Cecilia en el Alaska Center for the Performing Arts el 10 de noviembre. El 9 de noviembre la banda sostendrá una charla con los estudiantes en el Multicultural Center de UAA y se presentará en un evento comunitario en la galería de Out North Art House, en el Marketplace de 4th Avenue, junto con una exposición de artistas locales con piezas inspiradas en la canción El Hielo. Los dos eventos de noviembre 9 serán gratuitos y abiertos a todo público. |