NOTA EDITORIAL La esperanza multicultural de Alaska
La victoria de Joe Biden en las presidenciales abre una ventana a la esperanza para un estado tan multicultural como Alaska, el más heterogéneo de los Estados Unidos y, casi con toda seguridad, el más diverso del mundo.
El hecho de que Biden eligiera a Kamala Harris como su alter ego en la vicepresidencia ha sido toda una declaración de principios. Él es el primer presidente católico practicante en más de medio siglo, desde John F. Kennedy. Sin embargo, es heterodoxo y apoya el aborto, aunque con limitantes, situación por la que los sectores católicos más conservadores le retiraron su apoyo. Por su parte, Kamala Harris es protestante de la iglesia bautista.
Joe Biden es estadounidense de la Norteamérica genuina, hijo de americano e irlandesa (muy típico en la población del país) y nacido en Scranton, en el estado de Pensilvania, cuya ciudad más poblada, Filadelfia, alumbró la Declaración de Independencia y la Constitución. Kamala Harris es californiana. Es la primera mujer en la vicepresidencia del país y la primera mestiza de origen negro y asiático (India).
Un giro de 180 grados Biden-Harris dan un giro de 180 grados al viejo tándem de Donald Trump y Mike Pence, ambos con profundas raíces anglosajonas y de religión protestante, con el matiz de que Pence es evangélico.
El gobierno de estos últimos ha sido insensible con los inmigrantes. No fue casualidad que al llegar al poder la frontera con Canadá fuera un trasiego humano para pedir estatus de refugiado en el país vecino. Trump acabó con el Programa de Protección Temporal que salvaba de la deportación a doscientos mil salvadoreños desde hacía veinte años y a otros cincuenta mil haitianos refugiados tras el terremoto que devastó el país caribeño en 2010.
La tierra más diversa del planeta Casi con toda seguridad, Alaska es la tierra más diversa del planeta, en razas y culturas. Es la cuna de 229 de las 556 tribus reconocidas en EE. UU. Sus primeros pobladores procedían de Asia tras cruzar el Estrecho de Bering. Hay siete grandes pueblos indígenas: Iñupiat, Yupik, Aleutas, Eyak, Tlingit, Haida, Tsimshian, y varias culturas Atabascanas. Se organizan en trece Corporaciones Regionales Nativas y se clasifican en cinco grupos: Aleut/Aluutiq (Islas Aleutianas del Suroeste), indios Athabascan (Alaska Interior), Inupiat (Región Norte), Yup’ik (Región Suroeste), e indios Tlingit/Haida/Tsimshian (Costa Sureste). Los nativos de Alaska componen el 16% de la población de todo el estado.
La población más diversa racialmente de Estados Unidos “no está en Queens, ni en Los Ángeles, ni en Honolulu, está en Anchorage”, dice Eric John R. David, natural de las Islas Filipinas, doctor en Psicología, especialista e investigador en multiculturalidad y psicología multicultural. “Las tres escuelas públicas de secundaria más diversas del país: la cuarta y la sexta de las diez escuelas públicas de secundaria más diversas del país, y 19 de las 20 escuelas públicas de primaria más diversas del país están en Anchorage. Además, después de Hawai, Alaska tiene el segundo porcentaje más alto (alrededor del 7% de la población del estado) de individuos mestizos”.
Sin embargo, “en Alaska, como en el resto del país, el poder en su mayoría sigue en manos de los blancos. Este desequilibrio de poder y privilegios es precisamente lo que es la opresión. Y cuando este desequilibrio es entre grupos raciales, entonces lo llamamos opresión racial”, comenta David. El 20 de enero de 2021, fecha en que Joe Biden y Kamala Harris sean nombrados oficialmente presidente y vicepresidenta de los Estados Unidos, puede ser el principio del fin de esta “opresión racial”.