Nuestra huella
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Kris Anderson
Kris Anderson nació en Kodiak y pasó parte de su infancia en España, donde aprendió español y catalán. También fue en la Península Ibérica donde conoció a su esposa, Rosita. Anderson regresó a Alaska en 1969. Al notar el creciente número de latinos en Anchorage, abrió La Tienda, el primer comercio latino de Alaska, en 1981. Anderson también es traductor certificado. A principios de la década de 1980, un par de alpinistas barceloneses tuvieron un accidente al escalar Denali. Uno falleció. El equipo de rescate contactó al sobreviviente por radio. Anderson pudo proporcionarle ayuda y consuelo en catalán, la lengua materna del alpinista. A lo largo de los años, Anderson ayudó a muchos latinos necesitados. En aquel entonces, “la comunidad estaba unida por una hermosa solidaridad”, recordó. |
Kendra Arciniega
Nacida en Laredo, Texas, Kendra Arciniega llegó a Alaska a los 9 años. Kendra es una orgullosa descendiente de los Arciniega de San Antonio, cuyo legado se remonta al siglo XVIII. ¡Incluso hay una calle con su nombre en el corazón de San Antonio! Durante años, Arciniega ha estado preocupada por la representación y el sentido de pertenencia. Kendra dejó Alaska para ir a la universidad y, desde su regreso, ha trabajado activamente para crear espacios para la expresión de su identidad multifacética. “Soy una persona guiada por la identidad. Mi orientación sexual es muy sagrada para mí. Mi latinidad es muy sagrada para mí. Mi identidad como mujer es muy sagrada para mí”, explicó. Arciniega es la orgullosa fundadora de Arciniega Street Productions, nombrada en honor a sus antepasados, y productora de Drag Lotería, evento que se ha llevado a cabo en Cafecito Bonito durante los últimos 3 años. |
Teodora Cabrera
Nacida en Veracruz, México, Teodora Cabrera llegó a Alaska a principios de la década de 1990. Al igual que muchos latinos, trabajó largas jornadas en las empacadoras de pescado. Actualmente, tiene su propio negocio. Cabrera se involucró en la celebración de Nuestra Señora de Guadalupe a principios de la década de 2000. Junto con sus hermanas, ha decorado la iglesia para esta festividad con cientos de flores durante muchos años. “Hemos ido aprendiendo a lo largo del proceso”, dijo. Inicialmente, decoraban algunos jarrones. Más tarde, crearon el escenario del Cerro del Tepeyac con la ayuda de algunos compañeros católicos. Con el tiempo, la celebración se ha convertido en un vibrante jardín de aromas y colores. Las hermanas Cabrera ayudaron a la iglesia a traer la escultura de Nuestra Señora de Guadalupe que ahora se encuentra en la capilla. |
Sonia Cornejo
Nacida en Colombia, Sonia Cornejo llegó a Alaska cuando era niña. Su madre trabajaba largas jornadas para mantener a la familia. Como muchos niños inmigrantes, Cornejo aprendió inglés rápidamente y ayudó a sus padres a traducir y llenar documentos oficiales. Más tarde, trabajó en la División de Asistencia Pública. Cornejo ha estado activa en la comunidad durante mucho tiempo. Fue parte de un grupo de danza colombiana en la década de 2000 y participó en múltiples eventos comunitarios, donde recuerda: “todos ayudaban”. Actualmente, Cornejo trabaja como agente inmobiliaria, pero continúa apoyando a los latinos vulnerables, guiándolos a través del sistema cuando más lo necesitan. |
Hugo Forest
Después de vivir en Nueva Jersey durante unos años, Hugo Forest se mudó a Alaska a mediados de la década de 1970. Nacido en Mendoza, Argentina, Forest comenzó sus andanzas en el estado trabajando en Fairbanks, luego en el North Slope y Valdez, hasta establecerse finalmente en Anchorage. Las contribuciones de Forest a la cultura latina de Alaska incluyen la creación de una liga de fútbol, el lanzamiento del programa de televisión Latinos en Alaska de Telemundo, y la participación en la organización de múltiples eventos comunitarios. En 2008, Hugo cumplió uno de sus sueños. Colocó todas las banderas de América Latina en Utqiagvik y tomó una foto de ellas. “Mi objetivo era decir, nosotros los latinos estamos aquí, en la cima del mundo,” dijo. |
Julie Santaella
Nacida en El Paso, Texas, Julie Santaella migró a Alaska por las fuerzas armadas, ya que su esposo estaba en el ejército. En la época en que los padres de Santaella, Juan y Lucy Aragon, crecieron en la ciudad fronteriza, se solía disciplinar a los hispanos por hablar en español. Santaella cuenta que “el enfoque estaba en el inglés.” Más tarde, los señores Aragon se mudaron a California, y cuando volvían a Texas en verano, “mis abuelos solo hablaban español. Había una desconexión en la comunicación.” Por circunstancias afortunadas, como directora de la Escuela Primaria Government Hill, Santaella ha tenido la oportunidad de trabajar en la preservación de la diversidad lingüística en Alaska. “Estoy feliz y orgullosa de animar a todos estos estudiantes a conservar su idioma y a que las familias comprendan la importancia de que sus hijos mantengan su lengua.” |
Nicolás Olano
Nacido en Colombia, Nicolás Olano es un experimentado abogado de inmigración que comenzó a ejercer el derecho a principios de la década de 2000. Abrió su firma en Miami, donde llevó más de 10,000 casos. “Defendía a las personas en la Corte de Inmigración todo el tiempo,” dijo. En 2015, Olano se mudó a Alaska y abrió su firma aquí junto con su esposa, Lara Nations. Nations Law es la primera firma de inmigración en el estado dirigida por un latino. Durante estos años, Olano y Nations se han familiarizado profundamente con las historias de resiliencia y esperanza de quienes buscan una vida mejor en nuestro estado. |
Ninetta Regalado
Ninetta Regalado trabajó con comunidades de refugiados en la Costa Este antes de mudarse a Alaska en el 2000. Tras un breve período en el North Slope, se estableció en Anchorage y comenzó a trabajar en el programa de refugiados de Catholic Social Services. “Siempre he estado motivada a trabajar con la diversidad cultural. Es una invitación constante a abrir nuestros corazones,” explicó. Nacida en Santo Domingo, Regalado trabaja incansablemente para mantener vibrante la herencia cultural de los dominicanos en Anchorage. Actualmente está involucrada en la celebración de la Independencia de la Republica Dominicana, que incluye comida y danzas tradicionales. Consciente del legado de los adultos mayores latinos, Regalado organiza reuniones donde ellos bailan, comparten historias y celebran nuestra cultura con alegría. |