La Venezuela de hoy está en una crisis donde los adultos no salen a trabajar y los niños no van a la escuela. Los venezolanos se pasan el día buscando agua, comida, gasolina y medicinas. Viven en las penumbras de un racionamiento de agua y electricidad crónico e impredecible. En la Venezuela de hoy los niños mueren de hambre y sus madres no pueden hacer nada por ellos. Esta es una Venezuela donde arrestan a médicos que se atreven a decir que no hay medicinas para tratar a sus pacientes. Nuestros familiares comparten la odisea de ir a cinco centros de salud en busca de una transfusión. Nos cuentan de cómo la gente muere de diabetes y asma en los pasillos de los hospitales. Escuchamos con angustia y frustración los relatos de los que viven en los escombros de un país que fue el más prospero de Latinoamérica.
Para los venezolanos que estamos en el extranjero la pregunta fundamental es: ¿Donde esta la patria? En una reciente reunión de Casa Venezuela en Arizona, esa fue la pregunta que enmarco la velada. Nos reunimos para recordar la importancia de mantenernos fuertes y así poder seguir ayudando a nuestros familiares y amigos que todavía viven en Venezuela. ¿Cuantos años tienes por aquí? Las respuestas fueron varias: 18 años, 36 años, 3 meses.
“Dicen que el gobierno caerá en Agosto”, comenta una de las personas. Al oír ese comentario las caras de los presentes reflejan una mezcla de emociones que llevamos escondidas durante el vivir cotidiano: esperanza, incertidumbre, y tristeza. Lo que tenemos en común es que todos añoramos a nuestra Venezuela, a nuestra gente. Porque no importa hace cuantos años salimos de nuestra tierra, siempre seremos venezolanos: zulianos, cumanenses, corianos, caraqueños. Nos hemos reunido para buscar paz, aliento, esperanza.
¿Donde esta la patria? Venezuela vive en cada uno de nosotros; en la memoria y el corazón de cada uno de los venezolanos, no importa donde estemos. Venezuela esta en Colombia, Perú, Argentina y tantos otros países que nos han abierto las puertas. La patria la llevamos en el alma, en los sueños, en la añoranza y en el arraigo. Venezuela vive en pedacitos en cada uno de nosotros.
Y cuando se abran las puertas, nos tocará regresar a restaurar la Venezuela regada en pedacitos por todo el mundo. Llegaremos a reconstruir a la patria que tanto nos dio. Cuando regresemos besaremos el suelo donde crecimos. Y algunos besaremos las tumbas de los padres que se quedaron en el terruño. Porque para rescatar a Venezuela se necesitarán todas las manos, mentes y corazones. A Venezuela la reconstruiremos todos lo venezolanos. No es trabajo de otros sino de nosotros.
Venezuela será como el Fénix y va a emerger de las cenizas mas fuerte y próspera que nunca.