Roberto Márquez, pintor mexicano en Ucrania “Lo que estoy viviendo aquí es inenarrable” Por sdmn
El pintor mexicano Roberto Márquez dejó su apacible vida en Dallas, Texas, para ir a Ucrania y hacer murales alegóricos de la paz y de protesta contra los horrores de la guerra, inspirándose en el español universal Pablo Picasso. También ha ayudado en las tareas de rescate de las víctimas de los combates. “Lo que estoy viviendo aquí es inenarrable”, comenta.
Roberto, “Robentz”, Márquez cogió su sombrero de cowboy, sus tejanos y sus pinceles, y se fue con un grupo de voluntarios para rescatar cadáveres de las tumbas improvisadas y entregar los cuerpos a sus familias, para que puedan despedirse de ellos como es debido y darles la sepultura digna que merecen. “Que una madre esté a tu lado llorando mientras estás sacando de una fosa común el cuerpo sin vida de su hijo es algo inenarrable, indescriptible y que nunca podré olvidar”, dice a Sol de Medianoche desde algún lugar indeterminado en Ucrania.
Con las sábanas sucias que cubren los cadáveres que rescata, este artista mexicano de sesenta años, nacido en Zacatecas, hace los lienzos en los que pinta los horrores de la guerra. El que ha dado fama internacional a “Robentz” lo ha hecho debajo de un puente destruido por los rusos, en Irpin, a sólo doce millas de Kiev. Y ha saltado a la fama, porque se asemeja al “Guernica” que Picasso pintó contra el bombardeo de los nazis sobre dicha localidad del País Vasco, en la Guerra Civil de España (1936 – 1939).
“En esta zona empezó la invasión rusa, en dirección hacia Bucha, una de las primeras ciudades atacadas, a unos cuatro kilómetros de Irpin”, comenta Roberto Márquez. Como Járkov, Jerson, Lugansk, Donetsk, Mariúpol y tantas otras localidades.
“Quiero dar testimonio de la catástrofe que está pasando en Ucrania”, dice Márquez. Pinta murales y los fotografía con su teléfono celular. Sus cuadros denuncian el dolor de una madre que pierde a su hijo, la devastación de las ciudades ucranianas, el sufrimiento, la angustia, el miedo de los niños y de sus padres, la injusticia… El horror de la salvaje destrucción, en suma, de un país invadido por el ejército de Vladimir Putin, porque el presidente ucraniano Volodímir Zelenski cometió el “delito” de sonreír al Occidente.
Roberto va a donar sus cuadros a un museo o a alguna galería, para que sirva de testimonio de lo que nunca debió suceder.