Todos merecen recibir la vacuna
Hay esperanza de tener un mundo donde todo el que quiera una vacuna la pueda conseguir. Pero, el mundo actual está lejos de esa realidad. Amnistía Internacional destacó que 55% de la población de países ricos está completamente vacunada, pero en países de menor ingreso, menos del 1% ha sido vacunada. Vivimos en un mundo de desigualdad de vacunas. ¿Por qué?
Países ricos, como EE.UU. tienen más recursos y poder de negociación para garantizar vacunas, lo que resulta en menor acceso para países de mediano/bajo ingreso. Esto se conoce como nacionalismo de vacunas. Sudáfrica es un ejemplo de esto. Con tasas bajas de vacunación, el país vio un brote de la infecciosa variante Ómicron que sobrecargó el sistema de salud. Actualmente, organizaciones como COVAX están haciendo esfuerzos para acabar con la desigualdad de vacunas. COVAX tiene como meta vacunar 20% de la población de los países pobres con vacunas donadas por países ricos. EE.UU lidera las donaciones con 790 millones de dosis. Sin embargo, COVAX ha contribuido a menos de 5% de las vacunas administradas mundialmente y no cumplió su meta de 2 mil millones para 2021. Críticos de COVAX dicen que países de bajos recursos, como en África y Sudamérica no son adecuadamente consultados. Muchos trabajadores de salud y personas vulnerables en Nigeria, Namibia y Gambia, por ejemplo, no pudieron obtener su segunda dosis debido a retrasos y confusiones. A pesar de los esfuerzos de COVAX, menos de 1% de las dosis de vacunas de COVID-19 se han administrado en países pobres. De acuerdo con investigadores, muchas personas en estos países no podrán recibir vacunas hasta el 2023 o incluso más tarde. La distribución desigual de vacunas ha afectado a los más vulnerables. Estamos viendo la aparición de variantes que incrementan el riesgo de infección a los no-vacunados. Los virus mutan cuando infectan personas y pueden generar variantes inmunes a las vacunas. Por ejemplo, la variante Ómicron tiene 30 mutaciones en su proteína de espiga y datos preliminares sugieren que las vacunas pierden efectividad contra ella. Las vacunas todavía pueden prevenir hospitalizaciones y casos graves pero ¿Qué pasará con la próxima variante? Podemos ver la aparición de una variante resistente a las vacunas. Cada uno de los países con brotes de COVID-19 por baja vacunación es una incubadora de variantes. ¿Cómo solucionamos esto? Expertos han hecho sugerencias para reducir la desigualdad de vacunas para prevenir nuevas variantes. Por ejemplo, los productores de vacunas deben priorizar cumplir contratos con COVAX y AVAT (African Vaccine Acquisition Trust - una iniciativa de la Unión Africana para asegurar dosis de vacunas y vacunar al menos al 60% de la población africana). Debe haber más transparencia en contratos de vacunas y cumplimientos de promesas de países del G7 el cual es un grupo político intergubernamental de los 7 países más ricos y de países que prometen compartir dosis al igual que una eliminación de las barreras comerciales de exportación de vacunas a otros países. La única manera de salir de la pandemia es vacunar al mundo. Podemos comenzar por exigir a los funcionarios electos y compañías farmacéuticas priorizar la distribución de vacunas a países de bajos recursos. Hay esperanza por un mundo en el que trabajemos juntos para proteger a otros. |