Victoria Vargas
Victoria Vargas-Forest, 18 años, nacida en Anchorage y descendiente de hispanos. Tiene antecedentes familiares de México, Argentina y Puerto Rico. Es “latina por todos los costados” y, al tiempo, una orgullosa alaskeña que ama a su estado. Victoria es ejemplo de “chica coraje”: mujer joven que ha vencido todas las dificultades que se le han presentado, por ser latina y mujer. “No hay sueño que no se pueda cumplir”, señala. Ella es la prueba. Será abogada.Victoria Vargas-Forest tiene un coeficiente intelectual muy superior a la media. No quiere pararse a cifrarlo, por modestia y porque nunca se ha entretenido en calcularlo. No le preocupa en absoluto. Pero con total seguridad su IQ (Intelligence Quotient) supera el índice 115 sobre el máximo de 120-129, que es el nivel superior en los actuales índices de inteligencia.
Esto le ha permitido ir siempre muy bien en sus estudios y tener un historial académico excelente. Tan excelente, que ha podido seguir al mismo tiempo los estudios superiores de Bachillerato, en Preparatoria, con dos años de la carrera en leyes, en la Universidad de Alaska-Anchorage, porque quiere “ser abogada”. Toda una proeza de esfuerzo. Y de estudios. “¿Y por qué quieres ser abogada?”, le preguntamos. “Porque quiero ser útil a la comunidad. Sobre todo, a mi comunidad, que es la comunidad hispana”, responde Victoria sin dudarlo ni un solo instante. “Creo que ser decidida y determinada me ha ayudado mucho para superar las dificultades que se han presentado en mi camino”, explica Victoria Vargas-Forest. “Dificultades que han sido de todo tipo, por ser chica y por ser hispana. Estados Unidos no brinda igualdad de oportunidades a las diferentes comunidades que conforman su población. La prueba es que la justicia no se comporta de igual manera con los estadounidenses blancos que con los latinos y los afroamericanos o los asiáticos, por ejemplo”. Victoria recurre a las estadísticas: “la mayoría de los condenados en los juicios son personas de color o hispanos, y no por ser afroamericano o latino tienes ningún gen que te impulse a una conducta delictiva en mayor medida que los blancos”. Esta chica habla más claro que el agua. “Por eso quiero ser abogada criminalista”, añade Victoria Vargas-Forest, “porque siento que mi comunidad me necesita y hay muy pocos abogados latinos en ejercicio”. “¿Has sentido la discriminación por ser latina?”, volvemos a preguntar. “Desde luego que sí”, responde. “Por ser latina y por ser mujer. Pero nada de esto me ha frenado en mi camino de esfuerzo para lograr mis objetivos. Los estudios son muy duros, especialmente en la Universidad de Alaska-Anchorage. Pero cuando acabe acá, me trasladaré a la Universidad de Washington, en Seattle, con mi abuelo Hugo, y continuaré allá mis estudios legales; sacaré mi licencia de abogada y haré una pasantía. Trabajaré en un despacho de abogados, ahorraré dinero y después volveré a Anchorage, a mi Anchorage, a mi Alaska… Y aquí me estableceré. También sacaré mi licencia de abogada para poder ejercer en este estado y abriré mi propio despacho”. “Tienes las ideas muy claras”, le decimos. “América es tierra de oportunidades, aunque no de siempre las mismas a unos que a otros. Y no hay sueño que no se pueda cumplir. Con decisión y esfuerzo, se puede”, responde. Ella es mujer, joven, nacida en Anchorage y tan estadounidense como George Washington, Benjamin Franklin o Abraham Lincoln. O como Martha Washington, Abigail Adams o Mercy Otis Warren. Su nombre define su determinación y trayectoria, ejemplo para otros jóvenes hispanos, afroamericanos, asiáticos o nativos. Ella es Victoria. |