Agricultores en Alaska logran trabajar alimentos que históricamente han sido difíciles de cultivar
Por Andreína Barreto Jové, Huella Zero
En los últimos 20 años se duplicó la cantidad de granjas en Alaska, de acuerdo con la Universidad de Alaska Fairbanks
Los ecosistemas de la Tierra están amenazados por el cambio climático, debido a las sequías intensas, escasez de agua, incendios de gravedad, aumento del nivel del mar, inundaciones, deshielo de los polos, tormentas catastróficas, olas de calor extremo y la disminución de la biodiversidad que provoca.
En Alaska, uno de los estados más afectados en Estados Unidos a consecuencia del calentamiento global, de acuerdo con la Universidad de Alaska Fairbanks (UAF), está ocurriendo una situación particular para la agricultura.
Eva Dawn Burk, activista de la alimentación comunitaria y estudiante de agricultura sostenible en la Universidad de Alaska Fairbanks, nativa de la ciudad de Tanana, destacó al medio KTOO que una de las afectaciones más notables en el estado es la subida de las temperaturas en varias épocas del año: se prolongan los veranos más templados y la llegada de las heladas.
Esto, según explicó la experta, deriva negativamente en la migración de especies como renos y caribúes, los cuales tradicionalmente son cazados por los indígenas locales para su subsistencia. Sin embargo, aclaró que los inviernos más suaves y los veranos más calurosos en Alaska han traído como consecuencias que los cultivos y cosechas permanezcan en los campos durante más tiempo, lo que está propiciando la agricultura en diversas localidades.
Este cambio de temperaturas en la última década ha marcado un hito en la forma en la que se trabaja la agricultura en Alaska, debido a que recientemente se pueden cosechar alimentos que anteriormente fueron difíciles de obtener como tomates, maíz, pimiento, alcachofas, coles, papas, entre otros.
“Ahora en Fairbanks podemos cultivar con éxito verduras frescas, cosa que no creo que hubiera sido posible 30 o 10 años atrás”, comentó Glenna Gannon, profesora de sistemas alimentarios sostenibles que dirige ensayos de cultivos en la UAF.
A juicio de la experta, lo que antes era considerado como un “pequeño sector agrícola” hoy en día tiene un crecimiento rápido. Gannon aseguró que el número de granjas en Alaska se duplicó en los últimos 20 años, debido a que en 2002 se contabilizaban aproximadamente 600; mientras que en un censo realizado en 2022 se registraron más de 1,200. La situación evidencia los efectos del cambio climático en la Tierra.
¿Qué piensan los agricultores? Gatgyeda Haayk, agricultora e instructora del programa de formación agrícola dirigido por indígenas en Calypso Farm and Ecology Center en Fairbanks, adelantó que la mayoría de los agricultores se mantiene desconfiada ante la posibilidad de cultivar en Alaska por tiempos prolongados.
Asimismo, la agricultora consideró que una de las mejores formas para que los residentes de pueblos indígenas de Alaska se adapten al cambio climático es aprender sobre la industria agrícola, debido a que representan al menos el 17% de la población de ese estado. Para concluir, las investigaciones realizadas en la Universidad de Alaska Fairbanks predicen que la temporada de cultivo podría alargarse incluso meses para el año 2100 e igualarse a los termostatos actuales de Kentucky o Kansas.