Alaska Immigration Law Center: “una verdad a medias”
Por carlos matías
Mark Twain dijo que “la verdad a medias es la más cobarde de las mentiras” y, sin embargo, más de un siglo después, esta declaración aplica al anuncio propagandístico de Alaska Inmigration Law Center: “En vista de estos tiempos sin precedentes y de los ataques a los inmigrantes y sus familias, Alaska Immigration Law Center ofrece consultas iniciales gratuitas para todos los asuntos de inmigración durante el mes de febrero”, se ha podido leer en su página de Facebook desde el martes, 4 de febrero del 2025. Y en su página web, que este equipo de abogados ofrece “apoyo dedicado a los objetivos de inmigración de las personas radicadas en Alaska (…) apoyo en Alaska basado en la experiencia y la comprensión”.
Atraídos por estos “cantos de sirena” publicitarios de este despacho de abogados situado en 821 N Street STE 101, de Anchorage, de McQuillan & Hohman Law, varios inmigrantes acudieron a sus oficinas en busca de apoyo y orientación legal, que se anunciaba como “consultas iniciales gratuitas para todos los asuntos de inmigración durante el mes de febrero”. Pero esta supuesta gratuidad tenía, en realidad, un precio.
Algunos de estos inmigrantes han comunicado a Sol de Medianoche de sus quejas porque, una vez prestada la asistencia de la consulta, se les exigía publicar una opinión elogiosa en redes sociales o Google, o de lo contrario se les cobraría esta consulta, una condición que en el anuncio no figura por parte alguna y que es de difícil cumplimiento para muchos con dificultades para acceder a Internet y desenvolverse con un mínimo de soltura.
Nos preguntamos si las opiniones favorables que Alaska Immigration Law Center publica en su página web son sinceras, o si por el contrario están escritas bajo la coacción a los confiados inmigrantes de que se les cobrarán los correspondientes honorarios de la consulta si no lo hacen.
Habríamos querido conocer la respuesta y explicaciones que tuviera que dar Alaska Immigration Law Center a esta “verdad a medias”. Pero no nos es posible, porque este despacho de abogados no ha respondido a ninguno de los tres correos electrónicos que hemos enviado desde este periódico los días 8, 20 y 24 de febrero. En ellos habíamos solicitado hablar con algún abogado o empleado, preferiblemente hispanohablante, como la colombiana Mariana Rivera Escobar.
Su silencio (el de Mariana y el de todo el equipo de este despacho) ha sido la respuesta.