Alligator Alcatraz desata indignación en Florida
El nuevo centro de detención migratoria en los Everglades de Florida, apodado “Alligator Alcatraz”, ha provocado una fuerte reacción de activistas y líderes indígenas.Las autoridades revelaron un polémico centro de detención de migrantes ubicado en los Everglades de Florida, conocido como “Alligator Alcatraz” (Alcatraz de Caimanes). Localizado en el remoto aeropuerto Dade-Collier Training and Transition, el sitio está siendo rápidamente transformado en una ciudad de carpas con capacidad para albergar hasta 5,000 personas. Aprobado por el gobernador Ron DeSantis bajo poderes de emergencia, el proyecto forma parte del nuevo impulso del presidente Donald Trump para intensificar la aplicación de leyes migratorias, una de sus promesas clave de campaña.
El gobernador ha defendido la iniciativa como una solución de bajo costo y alta seguridad. Rodeado de humedales llenos de caimanes y pitones, DeSantis sostiene que el entorno natural actúa como disuasivo ante intentos de fuga. El centro contará con remolques reutilizados de FEMA y carpas temporales, climatizadas con unidades portátiles de aire acondicionado y abastecidas con servicios móviles de agua, electricidad y saneamiento. Funcionarios estatales aseguran que ya se están preparando planes de evacuación ante la posibilidad de tormentas, ya que se anticipa una temporada activa de huracanes. Pero las críticas no han tardado en llegar. Organizaciones de derechos de los migrantes han calificado el centro como inhumano, señalando el calor extremo, el aislamiento y la vulnerabilidad ante desastres naturales. Comparan la instalación con las tristemente célebres “ciudades de carpas” utilizadas en Arizona, y advierten que detener a miles de personas en estructuras temporales solo generará sufrimiento. Con más de 58,000 migrantes bajo custodia del ICE y una capacidad de detención al límite, la administración DeSantis afirma que el centro es necesario, pero activistas lo ven como una escenificación punitiva. También crecen las preocupaciones medioambientales. El centro se ubica en un ecosistema sensible que provee agua potable a más de ocho millones de habitantes del sur de Florida. Defensores del medio ambiente temen que las aguas residuales y las inundaciones contaminen el acuífero de la región. Varios grupos han presentado demandas contra el estado, y la alcaldesa del condado de Miami-Dade ha criticado la falta de transparencia y el bajo valor de compra propuesto para el terreno. Además, miembros de la tribu Miccosukee, cuyas tierras ancestrales colindan con el sitio, encabezan protestas. Denuncian que el proyecto ignora su historia, sus derechos territoriales y sus prácticas culturales. Aseguran que nunca fueron consultados y ven la construcción como una afrenta a su soberanía y a su territorio sagrado. A pesar de las promesas estatales de que el sitio será temporal y seguro, “Alligator Alcatraz” ha provocado una ola de indignación a nivel nacional. En la intersección entre la política migratoria, la justicia ambiental y los derechos indígenas, el centro se ha convertido en un foco de críticas y en un símbolo del debate más amplio sobre cómo Estados Unidos trata a sus poblaciones más vulnerables. |