Dios nos ha creado únicos e irrepetibles
En este mes de octubre es cuando la nieve comienza a cubrir la ciudad de Anchorage. A algunos nos gusta mucho el regreso de la nieve y a otros les produce cierta tristeza el invierno que se acerca. En mi caso particular, cuando nieva, pongo atención a la belleza y diferentes formas de la nieve. Probablemente has escuchado: Dos copos de nieve no son iguales. Y es muy cierto, incluso cuando cada año en invierno cae del cielo un estimado de 1 cuatrillón de copos de nieve.
Es un número tan grande difícil de contar: es agregarle 24 ceros a un 1. Y si unimos la suma de todos los inviernos, es un número inmensamente gigante. Por su pequeño tamaño y su forma similar, pareciera que los copos de nieve son simplemente idénticos. Sin embargo, si ponemos mucha atención, notaremos las diferencias. Los científicos aseguran que la probabilidad de que dos largos cristales de nieve sean iguales es cero. Impresionante, ¿verdad? Si nos maravillamos por tal irrepetibilidad y originalidad en la nieve, ahora ¡cuánto más debemos sorprendernos de lo maravillosos que somos nosotros los seres humanos! La Biblia dice que Dios nos ha creado a su imagen y semejanza, y somos productos de su amor; por lo tanto, nuestro destino es vivir en amor. Es importante siempre recordar el valor que tenemos. Sé que, en esta cultura actual, siempre estamos ocupados y distraídos con mil cosas, compitiendo para siempre ser mejores y vivir en una sociedad que gira en torno a altas expectativas y el pensamiento de hacer dinero. Con ese ritmo de vida, es normal preguntarse a sí mismo si soy suficiente o si estoy haciendo las cosas bien. Es esa sensación de que pareciera que faltará algo para sentirnos conformes con lo que yo y los demás esperan de mí. Desafortunadamente, pareciera que el estrés y la ansiedad son algo normal en nuestra sociedad, lo cual no es verdad. Mi invitación, estimad@s herman@s, es a admirar cuán majestuosamente Dios nos ha creado. Bajemos la velocidad de nuestro día a día, hagamos una pausa para reflexionar sobre nosotros mismos, sobre nuestro propósito y cómo puedo rodearme de buenas personas, prácticas y hábitos saludables. Dios nos ha creado únicos e irrepetibles. Nadie en el universo es igual que mi persona, y mi lugar en esta tierra es exclusivo y auténtico. Cada momento que pasa nunca se repetirá, y no vale la pena vivir amargados. Así que vivamos con amor, paciencia, compasión y perdón hacia los demás y hacia nosotros mismos cada momento que Dios nos regala. Así pues, cuando veamos nevar, recordemos lo magnífico y estupendo de nuestra existencia. No seamos tímidos de decirnos a nosotros mismos cosas bonitas y agradables cada día. Despertemos cada mañana con una actitud agradecida y abracemos la noche con un corazón lleno de aprecio por lo bueno acontecido y con actitud de perdón por lo fallado. Igualmente, veamos en cada persona la maravillosa creación de Dios, para que así podamos admirar, respetar y defender la dignidad de nuestros semejantes. Rev. Israel Portilla-Gómez es Rector Asociado en St. Mary’s Episcopal Church. 2222 E Tudor Rd, Anchorage, AK 99507. [email protected]. (907) 563-3341. Ext. 13. |