El Departamento de Eficiencia Gubernamental de Elon Musk genera una controversia significativa y enfrenta desafíos legales
por pedro graterol
El DOGE de Elon Musk, creado por Trump, tiene como objetivo reducir el gasto federal, centralizar los pagos y recortar el tamaño del gobierno, lo que ha desatado batallas legales.
Elon Musk está a la vanguardia de una amplia iniciativa lanzada por el presidente Donald Trump para reducir el gasto federal y agilizar las finanzas del gobierno. Este esfuerzo, conocido como el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), se estableció mediante una orden ejecutiva presidencial y busca reformar la forma en que las agencias manejan contratos, subvenciones y préstamos. Aunque su nombre incluye la palabra “departamento”, DOGE no es un departamento gubernamental formal, sino que funciona como un organismo asesor con al menos cuatro empleados por agencia, todos encargados de eliminar lo que Musk y Trump consideran gastos excesivos.
Una orden ejecutiva recientemente firmada amplía el alcance de DOGE al exigir un sistema centralizado para registrar y justificar los pagos federales, que potencialmente se harán públicos para mayor transparencia. Si bien las fuerzas del orden, las fuerzas armadas, las agencias de inmigración y las operaciones relacionadas con la seguridad nacional están excluidas, se requerirá que otros departamentos presenten informes mensuales sobre los pagos de contratos y las justificaciones de viajes. Esto forma parte de un esfuerzo más amplio de la Casa Blanca para llevar a cabo “reducciones a gran escala” en la fuerza laboral federal, mientras que la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB, por sus siglas en inglés) y la Oficina de Gestión de Personal (OPM, por sus siglas en inglés) han instruido a los líderes de las agencias a implementar planes para el 13 de marzo.
Trump ha afirmado repetidamente que el gobierno está “inflado” y es “descuidado”, citando el despido de miles de empleados en período de prueba como un primer paso. Bajo su directiva, agencias como la Agencia de Protección Ambiental enfrentan recortes de hasta el 65%, mientras que otros departamentos anticipan reducciones similares. Musk reconoce que algunas de las tácticas de DOGE han sido imperfectas, aludiendo a un incidente en el que la financiación para la prevención del ébola (enfermedad causada por un virus del mismo nombre) se canceló brevemente antes de ser restaurada. Sin embargo, sostiene que los estadounidenses votaron por una reforma de “sentido común” y afirma que el propósito de DOGE es ahorrar el dinero de los contribuyentes y reducir la deuda nacional, que asciende a 36 billones de dólares.
No obstante, las medidas de DOGE no han estado exentas de desafíos. Los críticos temen que el doble rol de Musk como contratista federal importante y empleado especial del gobierno sin remuneración plantee conflictos de intereses. Sus compañías, Starlink y SpaceX, tienen algunos de los contratos gubernamentales más grandes con Estados Unidos y ya reciben sumas considerables de fondos federales. Varias demandas sostienen que DOGE carece de transparencia y podría estar interfiriendo con programas ya autorizados por el Congreso. Los tribunales han detenido ocasionalmente algunas de sus disposiciones, incluido el acceso a datos personales en los registros del Tesoro. Aun así, un juez en Washington DC ha permitido que DOGE continúe trabajando mientras avanzan las batallas legales. Este esfuerzo masivo para redefinir el tamaño de la burocracia no tiene precedentes en la historia contemporánea reciente de Estados Unidos y sigue patrones similares a los impulsados por el presidente argentino, y cercano aliado de Musk, Javier Milei. Por lo tanto, resulta imperativo mantenerse alerta mientras se siguen desarrollando nuevos acontecimientos.