El plan presupuestario del partido republicano apunta a Medicaid para financiar recortes de impuestos
por pedro graterol
El presupuesto propuesto por el Partido Republicano amenaza el financiamiento de Medicaid para costear recortes de impuestos por 4,5 billones de dólares, alarmando a votantes hispanos y poniendo en riesgo los servicios de salud en todo el país.
La recién aprobada propuesta presupuestaria de la Cámara de Representantes, respaldada por el presidente Donald Trump, prepara el terreno para amplios recortes a programas federales de salud. El debate más urgente se centra en reducir la tasa de aportación federal a Medicaid e imponer límites de gasto per cápita. Los líderes republicanos afirman que estas medidas son necesarias para costear 4.5 billones de dólares en recortes de impuestos y controlar el gasto, aunque numerosos demócratas y algunos republicanos muestran una fuerte oposición.
Los dirigentes republicanos insisten en que los recortes a Medicaid no figuran explícitamente en el documento de 60 páginas, pero las directrices establecen la reducción de miles de millones de dólares en salud. Expertos advierten que los estados deberán buscar fondos adicionales o recortar servicios. Los hospitales y clínicas rurales podrían cerrar si disminuyen los reembolsos de Medicaid, dejando desprotegidas a familias que necesitan atención a largo plazo. Las comunidades hispanas, que dependen en gran medida de Medicaid, se muestran especialmente preocupadas por la disponibilidad de servicios. Según sondeos recientes de Protect Our Care y la Fundación Hart, el 72% de los votantes hispanos rechaza drásticos recortes y el 80% tiene una opinión favorable de Medicaid. Cerca de tres cuartas partes dependen directamente de Medicaid o conocen a alguien cercano que lo hace. Muchos temen que la reducción de fondos perjudique a niños, personas mayores y familias trabajadoras. Los líderes republicanos sostienen que estos recortes son necesarios para reducir el déficit y ampliar las exenciones fiscales de la primera presidencia de Trump.
Los críticos responden que la mayor parte de estos beneficios favorece a estadounidenses con mayores ingresos, afectando en particular a las comunidades hispanas. Amber Lee, directora estatal de Protect Our Care en Alaska, describe consecuencias alarmantes: “El Congreso propone recortar billones de dólares de Medicaid para financiar recortes de impuestos a multimillonarios, ninguno de los cuales vive en Alaska. Pero 250,000 habitantes de Alaska dependen de Medicaid, incluidos niños, personas mayores y personas con discapacidades. El programa mantiene abiertos los hospitales rurales, financia la atención domiciliaria y respalda a las familias trabajadoras. Si se aprueban estos recortes, los ancianos se verán obligados a abandonar sus aldeas, los hospitales cerrarán y se perderán vidas. No es alarmismo, es la realidad. Y devastará Alaska”. El presupuesto aún no está definido por completo. Una medida similar fue aprobada en el Senado y ambas cámaras deberán negociar un proyecto con suficiente apoyo para su aprobación y firma antes del 14 de marzo, fecha límite en la que el gobierno podría cerrar. Además, los legisladores enfrentan la presión de quienes dependen de Medicaid y de sectores que exigen mayores recortes del gasto. Se debate entre proteger programas esenciales y cumplir la exigencia de Trump de reducir el gasto. Aunque los detalles del plan presupuestario aún están en evolución, su potencial para transformar la financiación de la atención médica es evidente. De aprobarse, podrían cerrarse hospitales, los estadounidenses en zonas rurales perderían servicios y millones podrían quedarse sin cobertura de salud confiable.