El premier de Columbia Británica apunta a los camiones con destino a Alaska con propuesta de peajes
Por james brooks tHe alaska beacon
La provincia de Columbia Británica planea imponer peajes a los camiones que se dirigen a Alaska como represalia ante las amenazas arancelarias de Donald Trump. Funcionarios de Alaska temen interrupciones en el suministro y un aumento de costos.
El titular de la provincia canadiense de Columbia Británica, David Eby, declaró el jueves que introducirá una ley que imponga peajes a los camiones comerciales que viajen desde los “Lower 48” (los 48 estados contiguos de EE. UU.) hacia Alaska. El plan es parte de la respuesta de Columbia Británica a las cambiantes propuestas de aranceles contra Canadá del presidente Donald Trump. Hablando en Victoria, Eby afirmó que la ley facultaría a la provincia para cobrar tarifas a los camiones comerciales que transiten por Columbia Británica con rumbo a Alaska. Esta medida ha generado preocupación en el gobernador de Alaska, Mike Dunleavy, quien espera que los gobiernos federales resuelvan las disputas arancelarias antes de que las medidas provinciales escalen.
Los peajes podrían afectar significativamente a dos sectores: los productos frescos, de los cuales Alaska depende en gran medida de entregas por camión, y la industria petrolera. Aunque la mayor parte de la carga con destino a Alaska se transporta por vía marítima, los camiones trasladan productos de alto valor que deben moverse rápidamente. El plan de Eby también incluye directivas para suspender la compra de productos estadounidenses siempre que sea posible y para evitar que las licorerías provinciales vendan alcohol producido en estados como Alaska. Además, busca reducir las barreras comerciales internas entre las provincias canadienses y aprobar legislación que permita responder con rapidez a las órdenes de Trump.
Trump ha propuesto repetidamente un arancel del 25 % sobre Canadá, pero volvió a aplazarlo el jueves por un mes. A su vez, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, impuso aranceles de represalia, mientras que las provincias introdujeron sus propias medidas. El premier de Ontario, Doug Ford, anunció que su provincia impondrá un recargo del 25 % a la electricidad destinada a Estados Unidos. En otras partes de Canadá, en Yukón, el premier Ranj Pillai ordenó a las licorerías dejar de comprar a empresas estadounidenses y restringió el acceso de las compañías de EE. UU. a contratos gubernamentales. Los habitantes de Yukón incluso han sugerido prohibir la participación de atletas de Alaska en los Juegos de Invierno del Ártico y vetar la entrada de Donald Trump Jr. al territorio.
Pillai señaló que la implementación de peajes requeriría casetas de cobro, personal y nueva legislación. Si bien Eby señaló a los camiones terrestres, no mencionó a los cruceros, un factor importante del turismo de Alaska. Los cruceros que navegan hacia Alaska deben hacer escala en Columbia Británica, lo que potencialmente le daría a la provincia más palanca. Muchos funcionarios esperan que Canadá y Estados Unidos resuelvan pronto su disputa comercial para evitar consecuencias que puedan perjudicar a ambas economías. Los críticos temen que estas medidas puedan intensificar la fricción entre los dos países. Las autoridades se muestran preocupadas por las repercusiones económicas más amplias de estas acciones.