Gaby Shelton continúa luchando a favor de la salud mental
Por rodrigo sánchez
Las altas tasas de consumo de sustancias, el acceso limitado a servicios de salud mental y las repercusiones del trauma histórico e intergeneracional, especialmente entre las comunidades indígenas nativas de Alaska me motivaron profundamente a centrar mis esfuerzos en apoyar a las comunidades marginadas, dice Gaby.
Según la organización Mental Health America, Alaska clasificó como el estado número 48 en cuanto a la prevalencia de problemas de salud mental, lo que significa que nuestro estado es uno de los más deficientes en recursos para ayudar a su población. En este artículo, Sol de Medianoche entrevista a Gaby Shelton para conocer más sobre su trayectoria como especialista en salud mental, ex trabajadora del Crisis Recovery Center y exalumna de UAA.
Cuando se le preguntó a Gaby cómo comenzó su camino como defensora de la salud mental, respondió: “Mi viaje empezó cuando me di cuenta de la cantidad de gente que está afectada por enfermedades mentales y aun así no tienen acceso a los recursos adecuados. Especialmente las personas que viven en entornos de bajos ingresos, ya que vi de primera mano lo difícil que es encontrar terapeutas ambulatorios que acepten Medicaid. Con listas de espera de hasta un año, estas barreras me motivaron profundamente a centrar mis esfuerzos en apoyar a las comunidades marginadas”. Esta respuesta refleja la creciente necesidad en Alaska de atender los problemas de salud mental, y da esperanza frente al reto estatal de proveer recursos a quienes más los necesitan.
El 16 de mayo de 2025, el Hospital Providence cerró el único programa residencial a corto plazo de salud mental para adolescentes, debido a la pérdida de una subvención de 1.2 millones de dólares después de que el Departamento de Eficacia del Gobierno (DOGE) la cancelara bruscamente. Gaby comentó en una entrevista virtual: “Estaba devastada cuando leí que el CRC se cerraría, pero al mismo tiempo me sentí aliviada después de leer las historias que pacientes anteriores compartieron en una publicación sobre el cierre del Crisis Recovery Center”.
Como resultado de ese cierre, Gaby fue reubicada para trabajar en el Departamento de Urgencias Psiquiátricas, donde ha podido observar de cerca las luchas de la comunidad de Anchorage.
Cuando se le preguntó sobre los problemas de salud mental más recurrentes en la población, Gaby respondió: “Uno de los desafíos más urgentes es la alta tasa de suicidios en el estado”.
También mencionó varios factores de riesgo que contribuyen a esta situación: “Las altas tasas de consumo de sustancias, el acceso limitado a servicios de salud mental y las repercusiones del trauma histórico e intergeneracional, especialmente entre las comunidades indígenas nativas de Alaska. Además, los largos y oscuros inviernos pueden provocar un mayor aislamiento social y el Trastorno Afectivo Estacional (SAD)”.
A pesar de estos desafíos, Gaby reconoce los esfuerzos que se están haciendo. Uno de los apoyos más significativos que recibió fue del programa Alaska Area Health Education Centers (AHEC), que asiste a estudiantes en carreras relacionadas con la salud, enfocándose en la atención médica en zonas rurales y desatendidas. Este programa también ofrece experiencia en atención primaria y capacitación sobre temas actuales de salud.
Finalmente, Gaby mencionó que desde que se graduó de UAA con una maestría en trabajo social, se ha mantenido optimista sobre los avances en Alaska. Destacó oportunidades como la Beca de Iniciativas Clínicas en Salud Conductual y Enfermería de la Fundación Southcentral, la cual apoya a estudiantes indígenas nativos de Alaska e indígenas estadounidenses. Otro gran avance que mencionó fue la implementación de la línea de crisis 988, un recurso crucial y accesible para quienes experimentan emergencias de salud mental. Mientras existan personas como Gaby sirviendo a la comunidad, es crucial reconocer que, aunque Alaska enfrenta retos como el cierre del CRC, compartir estas historias nos motiva a construir una comunidad más ingeniosa, empática y unida.