¡Justicia energética para Puerto Rico! A siete años del Huracán María
Por samarys seguinot medina
A siete años del Huracán María se han perdido más de 5,000 vidas después de su paso por el archipiélago de Borikén (Puerto Rico (PR)). Todavía se siguen perdiendo vidas y calidad de vida en el país caribeño. Eventos climatológicos extremos y más frecuentes, décadas de corrupción política y mal uso de fondos públicos, el estado colonial, la dependencia en el petróleo y un sistema eléctrico destruido presentan serios retos a la población puertorriqueña y su salud.
Se han visto asociaciones con el aumento de visitas a la sala de emergencia por salud mental en meses con mayor sequía y alza en temperaturas, vemos un aumento en la población que desarrolla enfermedades neurológicas y trastorno de estrés postraumático (PTSD) después de los eventos climatológicos del 2017 y con el paso de cada sistema en la época de huracanes. Estamos experimentando un éxodo de profesionales de todo tipo sobre todo de salud que añaden al reto de un archipiélago que carece de un sistema energético estable o confiable.
Es indignante ver a nuestras ancianas y ancianos llorando por que cuidan de un familiar encamado que necesita la electricidad para un medicamento y ver como se pierde la medicina y la sobrevivencia del paciente frente a su familia. Realidades muy duras de injusticia energética de las que no se habla lo suficiente. En olas de calor de 110 y 120 grados Fahrenheit hay miles y a veces millones de puertorriqueños sin electricidad para poder encender un abanico para un anciano encamado. El pueblo puertorriqueño está indignado.
Han traído una compañía extranjera a Puerto Rico para manejar el suplido de electricidad sin haber buen diálogo y sin participación efectiva en las negociones y toma de decisiones acerca de esta importante infraestructura. No hay transparencia. Así comienzan a chocar con uniones, residentes cansados, políticos afanados por las elecciones y hasta con los ancianos que se han tirado a la calle a protestar.
Extranjeros tienen a PR en la mirilla como un destino tropical de negocios. Jóvenes y veteranos empresarios y comunidades luchan por no perder sus casas, terrenos y el país que nos vio nacer. Para el Boricua en PR todos los días es una lucha sin saber si abra luz y agua pues mucha de las plantas que proveen agua potable necesitan de electricidad para que se pueda bombear el preciado líquido. Así se destruyen escuelas públicas, los servicios en centros de salud carecen, pequeñas empresas y negocios locales sufren cuantiosas pérdidas y muchos han tenido que cerrar sus puertas pues el sistema ya no es confiable. La justicia energética para Borikén debe incluir la aseguranza de que el sistema energético del archipiélago es asequible, confiable y accesible a todos y todas y debe incluir un plan de transición justa a energías limpias y renovables.
Debemos exigir a nuestros legisladores, oficiales electos y a los que representan a PR en el Congreso un compromiso que demuestre pasos claros e inmediatos para hacer transición justa teniendo las necesidades del pueblo como fundamento y con participación en todo el proceso. Es importante apoyar a las comunidades y líderes que luchan por la justica ambiental y energética de Borikén.
También debemos apoyar grupos sin fines de lucro como Queremos Sol Coalition, y Alliance for Renewable Energy Now (AERA) y Earthjustice que actualmente está trabajando, representando a grupos ambientales, uniones y la sociedad civil de PR para acelerar la transición alejándonos del petróleo y sus derivados y moviéndonos en favor de un sistema energético de distribución renovable que asegure el acceso a energía limpia para todos y todas en Borikén.
La Dra. Samarys Seguinot-Medina, es Boricua y directora de salud pública-ambiental en Alaska Community Action on Toxics (ACAT). Reside en las tierras Dena’Ina, Alaska.