¿Qué es y por qué es importante la justicia ambiental?

por huella zero

El profesor Robert Bullard asegura que los derechos a la protección ambiental contra la contaminación
y el cambio climático aún están segregados.

La justicia ambiental es un término acuñado por la Agencia de Protección Ambiental (o EPA por sus siglas en ingles) de Estados Unidos para reconocer el trato justo y la participación activa de personas o recursos que están destinados al desarrollo, implementación y cumplimiento de los reglamentos, leyes y políticas relacionadas con el medioambiente.
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Robert D. Bullard, director del Centro de Recursos para la Justicia Medioambiental de la Universidad Clark en Atlanta, destacó que la justicia ambiental será equitativa a medida en que haya igualdad en temas de salud pública y bienestar de las personas.

“Quienes viven físicamente en el ‘lado equivocado de las vías’ están sujetos a amenazas ambientales elevadas para la salud y a más enfermedades prevenibles de lo que les corresponde. Reducir las disparidades ambientales, de salud, económicas y raciales es una de las principales prioridades del movimiento de justicia ambiental”, aseguró Bullard.

​Ante esto, el especialista resaltó que todas las personas tienen derecho a la misma protección, pero a su juicio la justicia ambiental aún está segregada.

Hablemos de justicia y racismo ambiental.
El racismo ambiental existe: se trata del acceso desigual a un medio ambiente limpio y recursos ambientales básicos basados en la raza. Las comunidades de color son desproporcionadamente víctimas de los peligros ambientales y es mucho más probable que vivan en áreas con más contaminación que otros residentes.

De acuerdo con un estudio de Princeton Student Climate Initiative, las personas pertenecientes a minorías tienen más probabilidades de morir por causas ambientales, y más de la mitad de quienes viven cerca de desechos peligrosos son latinos, afroamericanos o asiáticos y de bajos ingresos.

Anualmente, la industria de petróleo y gas de EE. UU. libera alrededor de 9 millones de toneladas de gas metano y otras sustancias químicas tóxicas a la atmósfera.

Las comunidades afroamericanas y de bajos ingresos se ven afectadas de manera desproporcionada por la contaminación del aire en el país. Por ejemplo, más de 1 millón de afroamericanos viven a menos de media milla de las instalaciones de gas natural.

Más de 1 millón de afroamericanos enfrentan un “riesgo de cáncer por encima del nivel de preocupación de la EPA” debido al aire contaminado y más de 6.7 millones de afroamericanos viven en los 91 condados de EE. UU. con refinerías de petróleo.

En total, los afroamericanos tienen un 75% más de probabilidades que los blancos de vivir en comunidades “cercadas” (áreas cercanas a instalaciones comerciales que producen ruido, hedor, tráfico o emisiones que afectan directamente a la población).

Además, la exposición al aire contaminado puede causar numerosos problemas de salud, como el asma. Aproximadamente el 13,4% de los niños afroamericanos sufren de asma en comparación con el 7,3% de los niños blancos.

Los latinos preocupados por el cambio climático
La preocupación de la comunidad hispana también es una realidad. Los latinos y afroamericanos en EE. UU. tienen más probabilidades de vivir en zonas con aire insalubre que los blancos no hispanos de acuerdo con un informe de la Universidad de Washington y la Universidad de Minnesota, publicado en 2019.
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Además, los vecindarios latinos tienen más probabilidades de ser afectados por las inundaciones según un estudio de la Universidad de Arizona y de Kentucky. Las disparidades raciales son un tema que comunidades y políticos deben abordar en conjunto, a fin de atender los problemas de justicia ambiental.