¿Qué Significa realmente la etiqueta de Terrorista a Antifa?

por sdmn

Trump designa a Antifa como grupo terrorista, pero expertos legales cuestionan la base de la medida
​y advierten sobre posibles efectos en el derecho a la protesta.

El presidente Donald Trump firmó esta semana una orden ejecutiva que declara a Antifa una “organización terrorista doméstica”, una decisión que coloca a un movimiento de definición ambigua en el centro de un debate más amplio sobre la violencia política y el alcance del poder presidencial. La orden siguió al asesinato del activista conservador Charlie Kirk el 10 de septiembre, aunque los fiscales no han vinculado al presunto autor con Antifa.

Antifa, abreviatura de “antifascista”, toma su nombre de los movimientos europeos que se opusieron al fascismo a principios del siglo XX. El fascismo es una ideología política autoritaria que surgio en Italia y fue liderada por Benito Mussolini, después otros paises la adoptan, en Alemania con Adolf Hitler y España con Francisco Franco, en la cual el Estado controla todos los aspectos de la vida, desde política, cultura, educación, y hasta religión. Los derechos del pueblo no importan, solo los de la nación, la cual debe ser defendida y protegida.

En Estados Unidos, hace referencia a una red descentralizada de activistas más que a una organización estructurada. Aunque los capítulos locales varían, el movimiento se hizo más conocido por las tácticas de “bloque negro” durante el primer mandato de Trump, en particular en respuesta a grupos de extrema derecha como los Proud Boys. Algunos activistas han utilizado tácticas confrontativas, pero Antifa no cuenta con membresía formal, liderazgo ni una estructura de mando nacional.

La orden de Trump caracteriza a Antifa como una empresa anarquista empeñada en socavar las instituciones estadounidenses. El documento oficial de la administración cita como evidencia el “doxxing”, agresiones a funcionarios de inmigración y disturbios organizados. Sin embargo, evaluaciones gubernamentales anteriores, incluidas declaraciones del entonces director del FBI Christopher Wray, han definido a Antifa como una ideología y no como una organización.

Los estudios sobre terrorismo doméstico sugieren que la violencia vinculada a la extrema derecha ha sido históricamente más letal que la relacionada con la extrema izquierda. Datos del Cato Institute, por ejemplo, registran cientos de muertes causadas por extremistas de derecha en comparación con decenas asociadas a ataques de izquierda desde mediados de los años 70. Un informe del Departamento de Justicia que señalaba a los grupos de extrema derecha como la principal amenaza doméstica fue retirado recientemente de su sitio web.

También existe incertidumbre legal. Estados Unidos tiene un proceso para designar organizaciones terroristas extranjeras, pero no hay un equivalente para grupos nacionales. Aunque la Ley Patriota define el terrorismo doméstico, no lo tipifica como un delito separado, y las protecciones de la Primera Enmienda complican los intentos de enjuiciar movimientos ideológicos amplios. Analistas señalan que, si bien la directiva de Trump puede no derivar en un gran número de procesamientos, sí permite a las agencias federales redirigir recursos para investigar a individuos y organizaciones percibidos como vinculados a Antifa.
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Los partidarios de la orden la ven como un paso necesario para enfrentar la violencia política. Los críticos advierten que podría desalentar la protesta legal o la libre asociación, ya que la falta de estructura formal de Antifa hace que los límites de aplicación sean poco claros. El impacto a largo plazo puede depender de cuán agresivamente la administración lleve adelante los casos bajo este marco y de cómo respondan los tribunales a los desafíos legales.