La educación en tiempos de pandemia
La pandemia por Covid-19 ha traído muchos cambios para los que no estábamos preparados, uno de los más significativos es en la educación escolar. Como sucedió en otros ámbitos, a nivel mundial, las escuelas tuvieron que transformar radicalmente la forma de ofrecer servicios educativos como parte de las medidas que las autoridades sanitarias recomendaron para prevenir el contagio del virus.
De acuerdo con datos de la UNESCO, más de 861 millones de niños y jóvenes en el mundo dejaron de tener contacto directo dentro de un aula de clases e interacción física unos con otros, con libros, pizarrones y exámenes, y cambiaron a estar en contacto sólo a través de medios remotos con videoconferencias, un vaivén de documentos en línea, chats y al uso de herramientas tecnológicas para continuar con el proceso educativo. Todo ello ha dejado ver grandes problemas que giran alrededor de la educación a distancia y que aquejan a millones de padres de familia y a estudiantes. Entre los problemas más graves, destaca la llamada “brecha digital”, pues el hecho de tener acceso a un equipo de cómputo, tableta o celular con acceso a internet no garantiza que los usuarios sepan utilizar cada equipo o que conozcan el uso de plataformas que día a día se van creando y actualizando. En la diferencia entre generaciones no hay malos, ni buenos, sólo diferencias cognitivas. Otro dilema muy preocupante es la equidad educativa, de acuerdo con el Foro Económico Mundial, se estima que sólo el 60 por ciento de la población mundial cuenta con acceso a internet o no cuenta con aparatos tecnológicos como herramientas para acceder a la educación a distancia. Sumado a ello surgen diversas interrogantes, entre ellas ¿Cómo está afectando a los niños la pandemia?, ¿Cómo les afecta no poder interactuar con otros niños en la escuela de forma física?, ¿Cómo les está afectando mantenerse en un solo espacio?, diversos psicólogos lo han analizado y aseguran que no sólo se trata de que los niños echan de menos la convivencia, interactuar con otros niños de su edad, jugar, sino que dichas actividades incentivan su crecimiento personal, la tolerancia a la frustración y manejo de situaciones emocionales que pueden vivir fuera de casa. A través de una pantalla es difícil lograr ese mismo bienestar emocional y transmitir y fomentar habilidades que resultan obvias al interactuar en sociedad. Se suma que en muchos hogares no existe un espacio adecuado para que los estudiantes tomen clases, el otro factor es el tiempo de los padres, en ocasiones no es el suficiente para atender a sus hijos en horas de clase, pues a la vez deben trabajar y atender tareas del hogar. A nivel general, la educación se ha dicho que es uno de los principales escenarios de socialización para el ser humano, y sin duda eso explica su transformación tan radical de los últimos meses. Podría decirse que la educación lo tiene todo en contra en esta época de restricciones sociales y de movilidad. El futuro para la educación no es claro. Por un lado, las preocupaciones principales se encuentran en los efectos que el aprovechamiento educativo en tiempos de pandemia tendrá en los próximos años, tanto a nivel personal como social. ¿Cómo ayudar a los niños en tiempos de pandemia? Diversos profesionales en conductas de niños y jóvenes recomiendan que sin importar el nivel socioeconómico al que pertenezcan o las herramientas que tengan al alcance durante la cuarentena, lo ideal es que los padres establezcan a sus hijos rutinas claras que incluyan horas de sueño, de juego, de comidas y de estudios. Además, en caso de que el niño o joven pertenezca a algún equipo deportivo o de juegos, ya sea dentro o fuera de la escuela, lo ideal es mantenerlo en contacto con sus compañeros a través de plataformas que permitan interactuar de forma grupal. |