A los habitantes de Alaska nos gusta creer que nuestras vidas existen en el vacío, que tomamos nuestras decisiones por nosotros mismos y por nuestras familias sin influencias externas. En muchos sentidos, tenemos razón al señalar nuestra independencia. Los habitantes de Alaska cazamos, pescamos y cultivamos nuestra comida en una proporción mayor que cualquier otra parte de los Estados Unidos. Esto es cierto en las zonas rurales del estado donde la tienda local suele tener precios prohibitivos, pero también es cierto en Anchorage y otras comunidades a lo largo del sistema de carreteras.
Los habitantes de Alaska hemos demostrado nuestra autosuficiencia también en la producción de energía. En todo el estado, las comunidades mudan de fuentes costosas e ineficientes como el diesel a la energía limpia y renovable, como la energía solar, eólica e hidroeléctrica. Apenas surgen estas “micro-redes” verdes en todo el estado, y ya atraen la atención de otros países que buscan aprender de su éxito. Pero aunque en Alaska los cimientos de una seguridad alimentaria y el creciente interés por la independencia energética son dignos de reconocerse, eclipsan una verdad mayor: que nuestro Estado 49 está entre los que más dependen del dinero federal. Entre tierras públicas federales, bases militares, 229 grupos indígenas reconocidos a nivel federal, miles de millas de costa y las aguas federales a pocas millas de la costa, el gobierno federal juega un papel importante en la vida cotidiana de los habitantes de Alaska. Al igual que a nivel nacional, el mito de la independencia tampoco vale para nuestros gobiernos estatales y locales. Más del 90 por ciento de los ingresos estatales provienen directamente de la industria energética. Dependemos económicamente del petróleo y esto ha sofocado la capacidad de nuestro gobierno estatal para recaudar ingresos adicionales y diversificar nuestra economía. El depender de las regalías del petróleo y el gas para cubrir los servicios básicos junto con el bajo precio del crudo han llevado al estado a una crisis fiscal que tiene efectos de goteo en nuestras ciudades, nuestros condados y en el municipio de Anchorage. Los gobiernos locales han aumentado los impuestos sobre la renta y las ventas para cerrar la brecha. Mientras esto sucedía, los suministros de fondos estatales se han reducido. Pero esto no nos debe paralizar. Entre el trabajo, la familia y los diversos roles que cada uno de nosotros desempeña en nuestras comunidades, tenemos mucho en nuestras manos. A veces es tentador centrarse en nuestras necesidades básicas para sobrevivir en lugar de comprometerse en asuntos comunitarios. Pero al hacerlo, nublamos nuestra comprensión del panorama general. ¿Sabes quién es tu asambleísta local? ¿Quiénes son tus representantes ante la Cámara y el Senado estatal? Muchos de nosotros conocemos el nombre del gobernador Walker, pero ¿quiénes sabemos los detalles de lo que ha hecho desde que fue elegido en 2014? ¿Sabes que él es el único gobernador independiente del país? A pesar de la atención de los medios a Washington DC y al hombre sentado en la Casa Blanca, la mayor parte de nuestro gobierno se decide de manera estatal; es decir, en Alaska, ya sea en Juneau o en el City Hall. Ésta es una buena noticia para cada una de nuestras familias y para la salud de nuestra democracia, porque significa que los miembros de la comunidad tienen un gran acceso a la rama del gobierno que hace la diferencia en sus vidas diarias: impuesto sobre la renta, financiamiento escolar, departamentos de bomberos y policía, mantenimiento de carreteras, parques y caminos. No demos por sentada nuestra democracia. El proceso está abierto al público por una razón: las mejores decisiones se toman cuando todos tienen la oportunidad de que sus voces sean escuchadas. La próxima oportunidad para que nuestra voz se escuche en una elección local está a sólo unos meses de distancia: se celebrará el martes 3 de abril de 2018. Una de las decisiones más importantes en la votación será si elegimos al alcalde Ethan Berkowitz para un segundo periodo o si un oponente aún no determinado toma su lugar. Además de elegir al alcalde, tendremos la oportunidad de evaluar los debates de las boletas, como la Proposición 1, una medida anti-transgénero que busca impedir que las personas transgénero usen el baño que coincida con el género que expresan en el exterior. ¿Tu registro para votar está actualizado? Nuestras elecciones de abril se llevarán a cabo exclusivamente por correo postal, lo que significa que tu boleta se enviará a la dirección que tienes registrada en la División de Elecciones. Si no estás registrado con la dirección correcta, visita https://voterregistration.alaska.gov para actualizar tu dirección y asegurarte de votar. |