Republicanos en el Congreso se enfrentan a una mayoría frágil
Por pedro graterol
Los republicanos toman control de la Cámara y el Senado con mayorías estrechas. Las divisiones internas y la influencia de Trump darán forma a los éxitos y desafíos legislativos en el nuevo Congreso.
Los legisladores inician una nueva sesión bienal del Congreso en enero, con los republicanos controlando tanto la Cámara como el Senado. Esta trifecta representa una oportunidad para que el Partido Republicano avance en prioridades clave alineadas con las promesas de campaña del presidente Trump, incluyendo recortes de impuestos, aumento en la producción de petróleo y gas, y políticas migratorias estrictas. Sin embargo, el camino hacia el éxito legislativo está lleno de probables obstáculos que dificultarán alcanzar esos objetivos.
Los republicanos son optimistas sobre su capacidad para abordar un amplio espectro de metas legislativas, desde reducir el gasto público hasta implementar la agenda de Trump en cuanto a deportaciones masivas y producción energética. Sin embargo, la mayoría estrecha en la Cámara, que es de apenas cuatro escaños, una de las más pequeñas en la historia moderna, significa que lograr el consenso entre los miembros del partido será crucial.
La mayoría republicana en la Cámara se perfila como la más estrecha en la historia moderna, comenzando con 219-215 debido a la renuncia del representante Matt Gaetz y la inminente salida de los representantes Elise Stefanik y Mike Waltz de la administración Trump. Aunque se esperan elecciones especiales que restauren la mayoría a 220-215, los márgenes estrechos exigen un apoyo casi unánime para la aprobación de legislación. Incluso un pequeño grupo de voces disidentes puede descarrilar leyes esenciales. Este delicado equilibrio se hizo evidente cuando los controvertidos nominados al gabinete obligaron a los republicanos del Senado a navegar cuidadosamente las demandas de Trump. De hecho, eventos recientes muestran que la próxima administración Trump tendrá una poderosa influencia sobre los votos de los diferentes miembros del Congreso.
En el Senado, los republicanos mantienen una mayoría de 53-47, suficiente para avanzar prioridades acordadas, pero precaria para medidas más controvertidas que requieren un apoyo más amplio. Senadores moderados como Susan Collins y Lisa Murkowski podrían presentar obstáculos para la legislación polémica, como se demostró cuando Gaetz se retiró de la consideración para fiscal general debido a la falta de respaldo suficiente dentro del partido. Para navegar estos desafíos, los republicanos planean utilizar el proceso de reconciliación, que les permite aprobar proyectos de ley relacionados con impuestos y gasto con una mayoría simple. Esta estrategia refleja las tácticas demócratas usadas para legislación importante en años recientes. Además, los republicanos en la Cámara han integrado el aumento del techo de deuda en sus esfuerzos de reconciliación, preparando el terreno para intensos debates sobre el gasto gubernamental y la responsabilidad fiscal.
Mientras tanto, los demócratas, al margen en ambas cámaras, probablemente se concentrará en mensajes públicos para destacar los posibles impactos negativos de las políticas republicanas, con el objetivo de galvanizar la oposición y asegurar apoyo para las elecciones de mitad de mandato de 2026. Al fin y al cabo, la mayoría trifecta federal suele durar solo dos años y los demócratas esperan que, al extender los sentimientos de oposición a gobiernos de turno, logren regresar a la mayoría en el próximo Congreso.