El gobernador Dunleavy “reprueba” en educación
El gobernador republicano de Alaska, Mike Dunleavy, tiene en su política de educación una “asignatura pendiente” que va a “empobrecer a la sociedad”, según especialistas y profesionales del sector educativo y familias de alumnos. “Aumentar la BSA” es el clamor de educadores y defensores de las escuelas públicas en las manifestaciones que se vienen produciendo desde hace meses.
En mayo del año pasado, la Legislatura aprobó aumentar en 175 millones de dólares el financiamiento a la educación pública en Alaska. En junio, el gobernador Dunleavy vetó la mitad de este aumento sin dar explicaciones. Es decir, vetó $87 millones de esos $175 millones aprobados.
En diciembre, Mike Dunleavy declaró que la educación estaba entre sus “principales prioridades” y anunció un presupuesto de más de 1,200 millones de dólares ($1,267,522,300) para el departamento. Pero esta cantidad supone una disminución del 9% del presupuesto del año anterior en la Asignación Base por Estudiante (BSA). En enero, la Legislatura reunida en Juneau pudo haber revocado el veto del gobernador al 50% del aumento de financiación, pero no lo hizo. Esto ha dado lugar a lo que muchos especialistas y profesionales del sector educativo califican como “crisis de financiación para las escuelas públicas”. En el mejor de los casos, la Asignación Básica por Estudiante (BSA, o “Base Student Allocation”, en inglés) se podría cuantificar este año fiscal en 5,960 dólares por estudiante, en cada uno de los 54 distritos en que se divide la educación en Alaska. Esta cifra es sólo 30 dólares superior a los $5,930 de BSA que se mantenía inalterablemente desde 2017 hasta 2023. Un incremento “ridículo”, según fuentes consultadas por Sol de Medianoche, sobre todo por la constante subida del coste de la vida en los últimos siete años y la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos. “Tenemos una inflación muy alta”, señala Beysi Collante, madre venezolana de una niña de siete años, en segundo grado de primaria. “La financiación para aulas y profesores es una de las principales necesidades de las escuelas públicas del estado”, dice Joelle Hall. Joelle no tiene hijos en edad escolar (el suyo está en la universidad), pero es la presidenta de AFL-CIO, la federación sindical más grande de los Estados Unidos. La abogada estadounidense Lara Nations, en cambio, tiene dos hijos en la escuela primaria, en Anchorage, y considera que “las escuelas públicas carecen lamentablemente de fondos suficientes. Los tamaños de las clases se han disparado. Los niños están apiñados en aulas y los maestros han de enseñar a demasiados niños”. “Las escuelas no cuentan con suministros adecuados, lo que significa que a menudo se deja que los profesores gasten su propio dinero para que tengan lo que necesitan para sus aulas”, señala Lara Nations. Paola Kennah es madre peruana de una niña en edad escolar. Asegura que “también se está considerando recortar programas como los de inmersión lingüística”, algo que Lara Nations considera “muy importante”, sobre todo en el idioma español para estudiantes y familias hispanas. Lara está casada con un abogado de origen hispano. Itzel Zagal, madre mexicana de otro niño de once años, en quinto grado en el Distrito Escolar de Anchorage, manifiesta que los maestros “tienen una gran carga de trabajo” y carecen de los medios “La falta de apoyo a la inmersión lingüística es muy grave en un estado como Alaska, que es el de mayor multiculturalidad del país”. Además, Paola Kennah denuncia que cada vez es más difícil tener acceso a la educación, “especialmente si no hay transporte” y “especialmente en las zonas rurales”, porque “las escuelas han sido cerradas alrededor de la ciudad, lo que significa que [los niños] necesitan ser redirigidos a otras escuelas y si no hay transporte será difícil para ellos asistir”. “El recorte del gobernador Dunleavy es muy preocupante”, comenta Itzel Zagal, “y afecta a la clase trabajadora y a sus hijos. El recorte afecta también a profesores y maestros. Al tener que trabajar en malas condiciones, los mejores educadores tenderán a irse del Distrito Escolar. Este recorte va a empobrecer a toda la sociedad de Alaska”. “No tengo idea de cuál es el propósito del gobernador con la educación. Pero debería concentrar sus esfuerzos en el bienestar escolar. Los niños son el futuro de este país”, señala Beysi Collante. “Necesitamos financiación estudiantil completa (BSA) y pagar salarios dignos a los educadores y al personal de apoyo”, añade Cynthia Gachupin, mexicoamericana y madre de tres niños en undécimo, noveno y primer grado, respectivamente. “Sólo así podremos retener a estos profesionales, que son el pilar de un sistema escolar saludable”. Sol de Medianoche también ha pedido opinión a otros padres y madres de diferentes nacionalidades y orígenes con hijos en edad escolar, que se van a ver afectados por estos recortes. Pero sus respuestas no han llegado a tiempo para poder incluirlas en la edición de este mes. |