En un giro sorpresivo de eventos el pasado 3 de octubre, Kevin McCarthy, Presidente de la Cámara de Representantes, fue destituido de su cargo, marcando un hecho único en la historia de Estados Unidos. Este enfrentamiento dramático, orquestado por un grupo de conservadores de extrema derecha, ha sumido a la Cámara y su liderazgo republicano en caos, dejando en dudael futuro de las operaciones gubernamentales.
El Presidente de la Cámara es la máxima autoridad de la cámara baja del Congreso de Estados Unidos, y ocupa el tercer lugar en la línea de sucesión presidencial. Este cargo, que anteriormente estaba en manos de la representante de California, Nancy Pelosi, es responsable de establecer la agenda legislativa de la Cámara de Representantes, gestionar el calendario y controlar las asignaciones a los comités. Por lo tanto, desempeña un papel crucial en el ecosistema político del país.
McCarthy, quien fue elegido este año después de 15 rondas de votación, anunció que no buscaría la reelección como Presidente de la Cámara, dejando el cargo en disputa. La Cámara ahora enfrenta un futuro incierto, ya que no hay un sucesor claro para liderar la mayoría republicana en la Cámara. La acción en la Cámara se detuvo hasta el 11 de Octubre, cuando los republicanos intentaron elegir un nuevo Presidente de la Cámara.
El arquitecto de la destitución de McCarthy, el Representante Matt Gaetz de Florida, orquestó una votación inusual sobre la “moción de destitución” y procedió rápidamente a una dramática votación. Este movimiento inusual contó con el respaldo de ocho detractores republicanos, muchos de los cuales habían intentado previamente evitar que McCarthy fuera elegido Presidente de la Cámara en enero. Curiosamente, estos representantes basaron su movimiento político en una concesión que McCarthy otorgó a los miembros de extrema derecha del partido a principios de este año: un cambio en las reglas que permitía a cualquier legislador iniciar el proceso de destitución.
Al final, la votación concluyó con 216 a favor de la destitución de McCarthy y 210 en contra, con ocho republicanos votando junto a 208 demócratas para destituir a McCarthy. Después del voto, el Representante Patrick McHenry, un firme aliado de McCarthy, asumió el cargo de presidente pro tempore, siguiendo las reglas de la Cámara, hasta que se escoja un nuevo Presidente de la misma. La Cámara luego se suspendió para discusiones privadas sobre el camino a seguir.
La destitución de McCarthy sume a los republicanos de la Cámara, quienes tienen la mayoría en ese cuerpo legislativo, en incertidumbre en un momento crítico. La agenda legislativa de otoño incluye la financiación del gobierno, con la inminente posibilidad de un cierre a mediados de noviembre, así como decisiones sobre subsidios agrícolas y ayuda a Ucrania. En el momento de escribir esto, no está claro quién será el sucesor de McCarthy ya que los dos favoritos están fuera de la contienda:El representante de Louisiana Steve Scalise se retiró después de no aglutinar apoyo del partido y Jim Jordan de Ohio, el cual fue apoyado por Trump, no logró conseguir los votos necesarios después de tres rondas y fue descalificado por el partido.Queda por verse cómo navegará el Partido Republicano esta situación sin precedentes. Mientras tanto, debemos permanecer atentos y seguir de cerca los acontecimientos a medida que se desarrollen.