Guelaguetza: el festival que une corazones y celebra la diversidad
Por roberto mendoza
Oaxaca es la tierra de los colores, los sabores y la alegría, este mes se prepara para recibir uno de sus eventos más emblemáticos: la Guelaguetza. Esta tradición ancestral, llena de magia y folclore, reúne a miles de personas de diferentes comunidades y rincones del estado, quienes comparten sus tradiciones, bailes y música con un entusiasmo desbordante.
“Guendalezaa” en zapoteco significa “ofrenda, presente, cumplimiento”; también se le conoce como “Fiesta de los Lunes del Cerro”, está celebración es mucho más que un simple festival. Es una muestra de la riqueza cultural de Oaxaca y un reflejo de su identidad única. Durante dos semanas, la capital del estado se convierte en un escenario vibrante donde se entrelazan las tradiciones indígenas y mestizas, dando vida a una sinfonía de colores, sonidos y sonrisas.
El evento central de la Guelaguetza son las presentaciones de los grupos de danzantes, conocidos como “delegaciones”, originarias de distintas regiones del estado y las cuales comparten su arte y su pasión. Cada delegación representa a su comunidad y lleva consigo la esencia de su historia y sus raíces. Ataviados con trajes típicos elaborados con esmero, adornados con bordados y tejidos artesanales, los bailarines danzan al ritmo de la música tradicional, transportando a los espectadores a un mundo mágico y lleno de tradición.
La Guelaguetza no solo es un festival para disfrutar de la música y la danza. También es una oportunidad para deleitarse con la gastronomía oaxaqueña, reconocida a nivel internacional por su exquisito sabor y variedad. Los puestos de comida callejera invaden las calles, ofreciendo delicias como el mole, los tamales, los chapulines y el tradicional mezcal, que despiertan los sentidos y conquistan los paladares más exigentes. El corazón de la ciudad, se engalana con una feria llena de artesanías y productos típicos, donde los visitantes pueden adquirir recuerdos únicos y apoyan a los talentosos artesanos locales. Desde coloridos alebrijes hasta tejidos de lana y barro negro, la variedad de objetos expuestos es un verdadero festín para los amantes del arte y la cultura.
Este festival no solo atrae a los lugareños, sino también a turistas de todo el mundo que desean sumergirse en la cultura oaxaqueña. Cada año, las calles se llenan de visitantes emocionados, dispuestos a vivir una experiencia inolvidable. Es una oportunidad para romper barreras y celebrar la diversidad, recordándonos que, a pesar de nuestras diferencias, todos compartimos un mismo espíritu humano.
Muy importante es no perder de vista la reflexión que la Guelaguetza nos invita a hacer. En un mundo cada vez más globalizado, donde las culturas a menudo se diluyen y se pierden, esta festividad nos recuerda la importancia de preservar nuestras raíces y valorar la riqueza de la diversidad cultural. Nos invita a reflexionar sobre cómo podemos enriquecernos unos a otros, aprendiendo de nuestras diferencias y celebrando lo que nos une. La Guelaguetza es mucho más que un festival. Es un canto a la identidad, a la tradición y al amor por nuestras raíces. Es un recordatorio de que la cultura es un tesoro que debemos proteger y promover.
Por eso ¡En la Guelaguetza, todos encuentran su fiesta!