¿Segregación racial en la Universidad?
¿Está la Corte Suprema a favor del “apartheid” en las universidades de los Estados Unidos? Este Tribunal ha asestado dos duros golpes a las minorías más desfavorecidas. Ha acabado con la “discriminación positiva por raza” para entrar en la Universidad y ha bloqueado la condonación de la deuda estudiantil. Ambas medidas perjudican a 26 millones de estudiantes. Pero en especial a los latinos, la minoría universitaria más amplia desde hace más de dos décadas. La congresista Alexandria Ocasio-Cortez y destacados miembros de la UAA opinan en Sol de Medianoche.¿Está la Corte Suprema queriendo imponer un “apartheid” universitario en los Estados Unidos? En dos fechas sucesivas, 29 y 30 de junio pasado, el tribunal, compuesto por seis jueces conservadores y tres liberales, ha asestado dos golpes fatales a los más desfavorecidos social y económicamente. Dos decisiones que perjudican gravemente a los latinos, la minoría más amplia en las universidades estadounidenses desde hace más de dos décadas y la población universitaria que más ha crecido en los últimos 23 años.
El 29 de junio, la Corte Suprema (o SCOTUS, por las siglas en inglés de Supreme Court Of The United States) acabó con la “discriminación positiva por temas raciales” en las universidades, al opinar que Harvard y la Universidad de Carolina del Norte “violaron la Constitución, al utilizar la raza como un factor en el proceso de admisiones”. “Muchas universidades han concluido, erróneamente, que la piedra angular de la identidad de un individuo no son los desafíos superados, las habilidades construidas o las lecciones aprendidas, sino el color de su piel. Nuestra historia constitucional no tolera esa decisión”, escribió el juez John Roberts, presidente del Tribunal. Este mismo 29 de junio, la Corte Suprema adoptó otras tres decisiones, que “han frenado, pero no revertido, la constante erosión de los derechos de voto durante la última década, especialmente para los votantes de color en los estados del Sur”, según informa Ethnic Media Services (EMS). El 30 de junio, la Corte Suprema volvió a dar otro golpe a las minorías. Bloqueó el plan de condonación de deuda de préstamos estudiantiles del presidente Biden, invalidando un programa que entregaría hasta 20,000 dólares de alivio a millones de estudiantes endeudados, que a duras penas pueden prosperar o subsistir. Ha habido 26 millones de peticionarios y el gobierno federal ya ha aprobado ayudas para 16 millones de ellos, a falta de revisar el 100% de las solicitudes, según fuentes oficiales de la Casa Blanca. “Si el SCOTUS hablara en serio sobre sus ridículas afirmaciones, habrían abolido las admisiones heredadas, también conocidas como acción afirmativa para los privilegiados. El 70% de los solicitantes heredados de Harvard son blancos. El SCOTUS no tocó eso, lo que los habría impactado a ellos y a sus patrocinadores”, opina la congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez (AOC) para Sol de Medianoche. Sobre el bloqueo de la condonación de la deuda, AOC nos dice: “el juez Alito aceptó decenas de miles de dólares en lujosos regalos vacacionales de un multimillonario que presionó para anular la condonación de los préstamos estudiantiles. Tras los regalos, Alito votó a favor de la anulación. Esta corrupción del SCOTUS socava su propia legitimidad al poner en venta sus fallos”. “Es muy importante señalar que este fallo de la Corte Suprema no elimina la capacidad de Biden para procurar la condonación de préstamos estudiantiles”, añade la congresista AOC a Sol de Medianoche. “La Administración Biden puede utilizar la HEA (Ley de Educación Superior), que ha sido mi posición desde el principio, para continuar con la condonación de préstamos antes de que se reanuden los pagos. Deberían hacerlo lo antes posible”. Las tres juezas de la minoría progresista opuestas a las medidas son Elena Kagan, que acusó al tribunal de sustituir “una vez más al Congreso y al Poder Ejecutivo, y a los cientos de millones de personas a las que representan, en la toma de las decisiones políticas más importantes y controvertidas de esta nación”; Sonia Sotomayor y Ketanji Brown Jackson. Kagan también teme que este criterio del SCOTUS se vuelva a aplicar contra programas gubernamentales emblemáticos, como Medicare. “Quién sabe: el año que viene, el secretario de Salud y Servicios Humanos puede verse incapacitado para aplicar el programa Medicare en virtud de una amplia delegación debido al (enorme) ‘impacto económico’ de sus acciones”. Jonathon Taylor, director de Asuntos Públicos del Sistema de la Universidad de Alaska, ha declarado a Sol de Medianoche que “estamos revisando la decisión del Tribunal y su impacto en nuestras admisiones y programas. Pero no anticipamos impactos significativos en nuestros procesos. La Universidad de Alaska, guiada por la Junta de Regentes, se ha comprometido a mejorar la diversidad de todo nuestro sistema para que todos nuestros estudiantes, profesores y personal se sientan bienvenidos y apoyados, y para fomentar una experiencia educativa abierta, inclusiva y vibrante en todo el sistema”. “Cuanto más integrados estemos —cuanta más diversidad tengamos en todos nuestros programas—, más fuertes seremos”, concluye Jonathon Taylor. Shanone Tejda, presidente de la Unión de Estudiantes de la Universidad de Alaska Anchorage (USUAA, por las siglas en inglés de Union of Students of the University of Alaska Anchorage) no parece tan seguro: “dado que la Universidad de Alaska es una institución de acceso abierto, no estoy seguro de las ramificaciones de esta decisión del Tribunal Supremo. Estamos trabajando para hacernos una idea de las repercusiones que puede tener aquí, en la UAA y en todo el sistema de la UA”. “Las acciones afirmativas garantizan que los sistemas de educación sean conscientes de quiénes son sus estudiantes y cómo se identifican. Creo que las instituciones educativas deben esforzarse por ser inclusivas. La jueza Ketanji Brown Jackson llega a este punto en su voto en contra, cuando afirma que considerar que la raza es irrelevante en la ley no hace que lo sea en la vida. Nuestra sociedad sólo sigue dando pasos para corregir los desequilibrios relativos a la raza, ya sea en la mano de obra, en los barrios o en las instituciones educativas. Queda mucho trabajo por hacer”, concluye Shanone. Se da la circunstancia de que el juez conservador del SCOTUS Clarence Thomas se benefició de la discriminación positiva como una oportunidad que ahora les niega a millones de estudiantes. Thomas formó parte de la primera generación de negros estadounidenses que alcanzó la mayoría de edad en la era de la discriminación positiva. Gracias a ella, en 1968 ingresó en el College of the Holy Cross en Worcester, Massachusetts. Y en 1971, fue admitido en la Facultad de Derecho de Yale, que quería que el 10% de su clase entrante ese año fueran estudiantes de color. Finalmente, este fallo de la Corte Suprema que anula las admisiones universitarias con conciencia racial podría tener un impacto radical en las organizaciones sin fines de lucro y la filantropía. Se crearán obstáculos para las fundaciones y las organizaciones benéficas que trabajan para promover la diversidad en la concesión de subvenciones y decisiones de contratación. |