Erika Arcentales Espinosa
Erika Arcentales es una activista comunitaria de corazón. Ha demostrado su deseo por ayudar a la comunidad latina a traves de cada organización para la cual ha trabajado. No es raro encontrarla en eventos comunitarios donde se asegura personalmente que los latinos presentes no se queden atrás, insiste en que la organización para la que trabaja haga llegar sus servicios en español e insiste que conocer las necesidades de los latinos, es clave para que salgan adelante. Conversamos con ella para conocerla mejor.
¿De dónde eres y cómo llegaste a Alaska? Nací y crecí en Quito, la capital de Ecuador (en la mitad del mundo), llegue a Alaska en el 2004 con mi familia, el motivo que nos trajo fue la separación de familias por el fenómeno de la inmigración, mi esposo vivía aquí desde hace varios años y aplicó para la petición de residencia, pero nuestro caso tuvo un proceso de seis años de separación. Mis hijos y yo vivíamos en Ecuador y mi esposo nos visitaba cada año. Durante el tiempo que vivimos en esa dinámica, mis hijos empezaron a sentir la ausencia de su padre. Cada despedida era muy triste para ellos, en especial para mi hija. Así que decidí escribir cartas al Consulado de los Estados Unidos en Ecuador y ellos respondieron, con una respuesta que nos sorprendió a todos, el abogado que llevaba mi caso lo abandonó sin dejarnos saber su decisión, pero cómo las aguas vuelven a su cauce, encontramos una gran abogada de inmigración quien tomó nuestro caso y luego de muchos años, logramos la reunificación familiar. Alaska ahora es nuestro hogar y nos ha abierto las puertas a varias oportunidades de crecimiento profesional. He trabajado por 16 años para organizaciones sin fines de lucro y contribuido a mi comunidad bajo cada una de estas organizaciones de manera positiva. ¿En dónde trabajas y cómo describirías un día típico en tu trabajo? Actualmente estoy trabajando para el Distrito Escolar de Anchorage (ASD) en el departamento de Child in Transition (Niños en Transición), este departamento se encarga de trabajar con los niños y sus familias que no tienen un hogar establecido y se encuentran en una situación muy difícil. Mi trabajo es recibir cada día casos de familias que están pasando por esta situación desafortunada y vulnerable. Recibimos referencias de diferentes agencias o personas que tienen conocimiento de estos niños y sus familias, como por ejemplo los directores de las escuelas, maestros, enfermeras, clínicas, hospitales, programas como Head Start, albergues o refugios, y de cualquier otra agencia que sepa que estos niños y jóvenes necesitan ayuda. Otras de las tareas que tenemos es ayudarles a contactarse con las personas y agencias correctas ya sean de salud o educativas, y que ayuden a hacer su carga menos pesada durante esta transición o situación. Tratamos de incentivar para que los padres registren a sus hijos en las escuelas, les ayudamos con la transportación, información de comida, proveemos útiles escolares, ropa y lo que la familia necesite y esté a nuestro alcance. ¿Te sorprendió encontrar latinos en Alaska? Hace 19 años Alaska no tenía una gran población de latinos, pero en los últimos años nuestra comunidad ha crecido mucho y eso me agrada porque me hace sentir como en casa. Creo que lo que más me sorprendió y que jamás pensé es que la gente de Alaska acogiera a los latinos de una manera positiva y que disfrutaran de aprender de nuestra cultura e idioma. ¿A qué te dedicas cuando no estás trabajando? Me gusta conectarme y compartir con mi comunidad latina. Una de mis grandes pasiones es trabajar muy cerca de mi gente para conocer sus necesidades. Soy parte de la Peer Lead Navigators, soy voluntaria para la oficina de Medicare como Medicare Counselor, y participo cómo parte del grupo AK Heart and Diabetes Coalition. También viendo las necesidades de la comunidad hace algunos años inicié un grupo de latinos que se llama “AK un espacio para latinos”. Este grupo de 80 personas, y que crece cada día, nos permite compartir ideas e información de diferentes agencias, actividades, eventos, y hasta inquietudes que tiene nuestra comunidad. Sin la confianza de mi comunidad no sería posible hacerlo. ¿Algo más que quisieras compartir con nosotros? Nuestra comunidad en Alaska está creciendo rápidamente, y sus necesidades también, así que los líderes latinos deben dedicar tiempo para escuchar y usar los diferentes recursos que existen para bien de la comunidad y sus mejoras. Si trabajamos juntos y nos apoyamos tendremos como resultado una comunidad latina más fuerte. |