Retirada de Libros LGBTQIA+ en Bibliotecas por Inapropiados
La extrema derecha promueve en bibliotecas públicas y librerías la retirada de libros con menciones a la comunidad LGBTQIA+, la historia negra o la justicia social. Los considera “inapropiados” y que “adoctrinan” a los niños. En Anchorage, un vecino ha protestado en la Asamblea por no encontrarlos en la Biblioteca Pública. En Utah han prohibido la Biblia y el Libro del Mormón por “pornográficos e indecentes” y por su “vulgaridad y violencia”. Texas, Florida, Misuri y Carolina del Sur también vetan libros que considera “ofensivos”.La directora de la Oficina para la Libertad Intelectual de la Asociación Estadounidense de Bibliotecas, Deborah Caldwell-Stone cree que esta “censura” estrecha las opciones educativas y el acceso de los estudiantes a la información. En la Asamblea de Anchorage, Sol de Medianoche ha intentado entrevistar a Chris Constant, el actual presidente, sin conseguirlo.
Salvando distancias, la actitud de censura de los conservadores del Partido Republicano recuerda la “Aktion wider den undeutschen Geist” (“Acción contra el espíritu antialemán”) de los nazis. En 1933, las Juventudes Hitlerianas y seguidores del ‘Führer’ realizaron quemas públicas de libros en la Plaza de la Ópera de Berlín y otras 21 ciudades universitarias. Félix Rivera, miembro de la Asamblea por el Distrito 4, comenta a Sol de Medianoche que “hay muchos cuentos con moraleja sobre la prohibición y quema de libros. Deberíamos aprender de la historia y no repetir errores del pasado”. “En general, la agenda anti-LGBTQIA+ se centra en erradicar a las personas queer”, señala Rivera. “Pero eso nunca ocurrirá. Somos tus vecinos, repartidores de pizza, baristas, trabajadores de correos, funcionarios electos y profesores. Formamos parte del tejido de la sociedad estadounidense y no se nos puede borrar”. No es la primera vez que políticos republicanos se oponen a libros que califican de “inapropiados”. Rivera comenta que “vivimos en una sociedad pluricultural. Eso asusta a algunas personas. Nuestra historia como país está plagada de historias de individuos que preferirían volver a los ‘buenos viejos tiempos’ en los que había que tener una determinada pigmentación de piel, un determinado sexo y una determinada clase para importar en la sociedad. A esos ‘buenos viejos tiempos’ no volveremos nunca”. Algún republicano o conservador sin militancia en el GOP (“Grand Old Party”) podría decir que los libros están al alcance de los niños. Pero Rivera lo desmiente: “en nuestras escuelas públicas no lo están y en las bibliotecas públicas son los padres quienes deciden qué libros pueden leer sus hijos”. Charlotte Glover, propietaria de Parnassus Books, en Ketchikan, dice ser una firme defensora de las bibliotecas públicas y la variedad de su oferta bibliográfica. Glover ha sido bibliotecaria de servicios para jóvenes y escribió “una carta apoyando la Hora del Cuento de Drag Queen”. El mes pasado, Parnassus Books hizo su primer escaparate conmemorativo del “Orgullo”, que se celebra cada junio, y pidió más libros LGBTQIA+ “para apoyar a las personas de esta comunidad”, declaro Glover. |