seguir con el aprendizaje
Ahora que el semestre ya casi terminó, la mayoría de nosotros dormiremos tarde y saldremos con amigos a jugar hasta la noche soleada del verano Alasqueño. Sin embargo, si vives en un hogar latino, tu madre probablemente tendrá una lista de “quehaceres” larguísima, que hay que completar antes de que ella regrese a casa, y ni hablar, también hay que ayudar a cualquier familiar o vecino a limpiar la cochera o ayudarles con sus tareas... ¡y de gratis! Probablemente escucharás el refrán “no lo hagas por dinero y sé agradecido”. No estás solo en eso, incluso mi madre quien se ha realizado y es exitosa, está todavía profundamente arraigada en las tradiciones que sólo conozco través sus experiencias y las de mi familia.
Mi madre emigró a este país con su familia en 1976. Yo soy americano de primera generación, nacido de una madre mexicana y padre venezolano. Sin embargo, mi madre también ha sido mi padre, pero eso es otra historia. Con mi mamá, obtener buenas calificaciones y ser exitoso académicamente no era una opción: era lo esperado. Se puede decir que soy un “buen” estudiante. Soy bueno para recordar algunas de mis tareas, en llegar a clase a tiempo (la mayoría del tiempo) y para estar conectado en las redes sociales, incluso durante mi clase de matemáticas; también tengo fama por mantener mi cuarto limpio unos cuantos días a la semana. Mi madre dice que lo bueno puede convertirse en mejor, y lo mejor se puede convertir en excepcional, y que el esfuerzo es lo que hace la diferencia entre un estudiante con una calificación de “C” y uno con “A”. Estoy seguro que esto no te es extraño, así como lo escribo, pero tengo cuidado de no usar palabras que mi madre normalmente rechazaría, por respeto a ella y miedo a la “chancla”. Estaba en 10º grado de secundaria cuando descubrí que no soy un estudiante tradicional. Al principio, mis maestros pensaron que tenía una discapacidad de aprendizaje o trastorno por déficit de atención, pero a través de los esfuerzos incansables de mi madre por enfrentar mis retos de aprendizaje, descubrimos que no padezco de los anteriores y que soy simplemente alguien que aprende de manera práctica y física. Fue a través de estas pruebas y retos que llegué a King Career Center (KCC). Este último semestre participé en el programa de tecnología de energía diesel. No sólo descubrí que aprender puede ser divertido, sino que también terminé los programas que ofrecieron en mecánica de aviación, tecnología de la aviación y soldadura. Cuando regrese a la escuela este otoño voy a ser parte de la primera clase que se graduará de la secundaria técnica KCC en el distrito escolar de Anchorage. Inicialmente, estaba renuente a inscribirme a tiempo completo, pensé en mis amigos y en no graduarme con ellos. Pero naturalmente, mi madre lo puso todo en perspectiva (y de esa forma especial y estilo de madre latina), la cual te hace sentir culpable por siquiera haberlo pensado ya que no compara con sus experiencias y las de mis abuelos... tú me entiendes. Mi madre me hizo ver las grandes oportunidades de ser parte de la historia, contribuyendo a escribir nuevos capítulos e ideas sin fin para pintar sobre mi propio lienzo en blanco. Su perspectiva sobre la secundaria técnica KCC y sus palabras finalmente me entraron en la cabeza terca y vi lo que ella vio, potencial. Muchos de nosotros tenemos padres que trabajan u hogares con padres solteros, así que nuestro trabajo en las vacaciones de verano será cuidar de nuestros hermanos, pero cualquiera que sean sus planes de verano, quiero decirles “continúen con el aprendizaje.” Hay muchos recursos en línea, por ejemplo, descubrí a través www.learningpath.org, recursos donde se puede uno registrar para cursos gratuitos, descargar libros, etcétera. Se puede explorar el mundo y las oportunidades que están al alcance de la mano. Hoy reflexiono acerca de cómo al final de cada año escolar cenábamos en familia con nuestros primos para celebrar pasar de un grado al siguiente. Al poco rato, mi madre preparaba una hoja de papel con la lista de nuestras actividades de verano, incluyendo campamentos, participación en la iglesia y voluntariado comunitario, talleres de desarrollo de carrera para jóvenes en la biblioteca pública local o participar abogacía social. Si la oportunidad era gratuita, me inscribía. Si la causa era social, hacía letreros o participaba un nivel elemental. En ninguna parte de esa hoja de papel estaba el dormir tarde o vagar con los amigos. Ahora me doy cuenta que mi madre fue construyendo cimientos para que yo descubriera mis propios intereses y agregara a esos mismos cimientos. Quizás es por eso que regresar a KCC el próximo año me suena más emocionante. Mientras que algunos amigos aún no hacen planes de verano, y otros se han graduado, me doy cuenta de que yo tengo un plan. Todos los veranos pasados, llenos de actividades que yo pensaba no tenían sentido y eran pérdida de tiempo, en verdad fueron formas en que mi madre promovió el aprendizaje y le dio forma a mi perspectiva hacia la vida y al hombre en el que me estoy convirtiendo. Escribí este artículo como un americano de primera generación quien se conecta y trata de encontrar el equilibrio entre la crianza de mi madre, cual está conectada a sus padres, y la mía. A veces es un reto, pero si se logra dar un paso atrás y ver el panorama más amplio, se puede ahorrar muchos días de “vete a tu cuarto” y así quizás haya tiempo libre para dormir tarde y pasar el rato con tus amigos. |