El despertar de Chile
Chile era una olla a presión que acaba de estallar, su erupción comenzó por el alza del pasaje del metro a $30 pesos más, un equivalente a $0.40 centavos americanos y con el ministro de economía, Andrés Fontaine, diciéndole a los chilenos: “El que madrugue será ayudado con una tarifa más baja”. Esto creo el descontento de la gente y los estudiantes decidieron protestar evadiendo pagar el pasaje del metro el pasado 15 de octubre.
Este hecho creo un efecto domino donde la población chilena se cansó de seguir esperando que el gobierno hiciera algo en los temas de salud, educación, pensiones, la desigualdad de sueldos gubernamentales en comparación al sueldo mínimo ($415 USD al mes en comparación a los $12,000 USD mensuales aproximados que ganan diputados y senadores). Y no es que la población no haya demandado esto antes, marchas ha habido por años en las distintas regiones del país, por lo que el gobierno sabía perfectamente cuales son los temas que afectan a sus ciudadanos. Esto no es algo nuevo, ni es culpa solamente de este gobierno. Chile se basa en una constitución escrita en los años ‘80 durante una dictadura militar. Uno de los ejemplos más graves de este descontento colectivo son las famosas AFP (Administradoras de Fondos de Pensiones), creadas principalmente por José Piñera (hermano del actual presidente Sebastián Piñera) durante la dictadura. En dichas pensiones los trabajadores están obligados a pagar un 10% del sueldo mensual para una futura jubilación, invalidez o sobrevivencia y otro porcentaje por administración a las AFP. Al momento de jubilarse los trabajadores por lo general reciben menos de la mitad del sueldo mínimo, habiendo personas que solo reciben $15 USD al mes, y jubilarse por invalidez es casi imposible. Es un sistema vergonzoso, no sustentable y que empobrece a la tercera y cuarta edad del país. El efecto domino comenzó con los estudiantes evadiendo pagar el metro y siguió con la quema de 7 estaciones del mismo, saqueos y ataques a instituciones públicas los días siguientes. Gracias a estos eventos el gobierno decretó un estado de emergencia, poniendo a los militares en las calles e imponiendo toques de queda para establecer orden. Chile ya ha vivido esto antes, lo cual despertó la memoria de muchos. Para empeorar las cosas, el presidente declaro estar en guerra con un enemigo poderoso, su propio pueblo. El pueblo de Chile dice que no tiene ya nada más que perder, por lo que se ha seguido manifestando a lo largo del país. Las marchas son diarias y las demandas por sacar a los militares de las calles han sido a nivel mundial. El pasado viernes 25 de octubre se organizó la llamada “Marcha más grande de Chile” la cual reunió a más de un millón de personas solamente en la capital, exigiendo cambios a un gobierno que les ha dado migajas por años. El pueblo chileno está pidiendo vivir con dignidad y es hora de que el gobierno no solo escuche, si no que actúe a la brevedad. El pueblo chileno ha despertado, no tiene miedo y no se irá a dormir de nuevo. |