EL ALCALDE DE ANCHORAGE LUCHA POR UNA COMUNIDAD MÁS INCLUSIVA
ANCHORAGE RECIBIRÁ UNA BECA DE $28,500 PARA CONVERTIRSE EN UNA “CIUDAD ACOGEDORA” POR ANNE HILLMAN
Foto/Photography: Cortesía/ Courtesy of Ethan Berkowitz.
Foto/Photography: Cortesía/Courtesy of Ethan Berkowitz.
Berkowitz abre la puerta de su oficina vestido con una chamarra y unos jeans y me saluda en español. Su bienvenida es abierta y acogedora; refleja la realidad que él quisiera ver en Anchorage, y para la cual actualmente implementa nuevos proyectos.
“La ciudad pertenece a todos los que vivimos aquí”, dijo Berkowitz. “No importa qué tanto tiempo hayas estado en ella o con cuánta potencia se haya escuchado tu voz en la historia, esta ciudad es nuestra ahora, hoy”.
La pasión del alcalde por la justicia social se remonta a su infancia y a sus largos viajes. Creció en San Francisco en una comunidad con una gran diversidad de inmigrantes de casi todo el mundo, entre los cuales se encontraban sus abuelos y su madre, venidos de Holanda.
“Pensé que todos los abuelos tenían acento”, asegura Berkowitz. “Pensé que ser abuelo simplemente quería decir venir de diferentes partes del mundo”.
El alcalde aprendió español de su mejor amigo, oriundo de Puerto Rico, y perfeccionó sus habilidades en este idioma al viajar por América Central y del Sur. Durante su juventud trabajó en un carguero chileno y en fechas recientes participó como voluntario en Nicaragua junto con su familia. Con el tiempo ha viajado a Argentina, Chile, Perú, México, Honduras, Guatemala y Puerto Rico.
Abogado, empresario y político, Berkowitz llegó a Anchorage en 1990. Su esposa, la también abogada Mara Kimmel, es confundadora del Alaska Institute for Justice. Sus dos hijos asistieron al programa de inmersión en español del distrito escolar de Anchorage, lo cual, en palabras de Berkowitz, lo obliga a conservar sus habilidades en esta lengua.
En su administración, el idioma es clave en los proyectos encaminados a unir a la comunidad. De acuerdo con Myer Hutchinson, vocera del alcalde, en los próximos meses cada oficina del municipio, incluyendo los servicios de emergencia, tendrá acceso al Language Link, el servicio telefónico que actualmente está en uso en el departamento de Salud y Servicios Humanos y al que se puede accesar en más de 240 lenguas.
“No importa el idioma en el que pidas ayuda”, adelanta Berkowitz, “alguien te responderá”.
La presente administración también trata de impulsar la economía local asegurándose que los inmigrantes y refugiados tengan empleos acordes con sus habilidades. Muchos de los recién llegados a Anchorage tienen experiencia en profesiones calificadas, pero no saben cómo acceder a puestos que respondan a su perfil.
El programa les facilita “alcanzar el sueño americano más rápidamente”, agregó el alcalde. “Ayuda a que Anchorage aproveche sus oportunidades económicas. Muchas veces sentimos que necesitamos importar conocimientos; pero lo que tenemos que hacer sólo es conectar personas con oportunidades”.
Berkowitz aseguró que un funcionario de su administración se enfocará en esta iniciativa, que es parte de un movimiento mayor destinado a convertir Anchorage en una “Ciudad Acogedora” (Welcoming City). La organización Welcoming America supervisa el programa. Sabemos a través de su sitio web que los gobiernos de las ciudades que reciban este nombramiento se comprometerán a institucionalizar estrategias para integrar a los recién llegados a largo plazo a la economía y a la comunidad. Esto se garantizará a través de la beca de $28,500 que la ciudad recibirá. Los primeros $12,500 de dicho apoyo serán aportación de Welcoming America, el Estado aportará $9,500 más y Wells Fargo contribuirá con los últimos $7,500.
“Me quiero asegurar que se usen to- dos los recursos humanos en esta población”, apuntó Berkowitz, “no sólo para solucionar problemas, sino para crear oportunidades”.
Berkowitz agregó que “su objetivo final es ayudar a los habitantes de la ciudad, cualquiera que sea su origen, a tener el mismo acceso a las oportunidades y a una educación de calidad. Pero —asegura— para llegar a este punto se requiere de la participación de la gente”.
“Todavía no estamos en el Nirvana. Pero aquí todos tenemos una voz. Si los habitantes hacen uso de ella pueden efectuar un cambio, y eso es lo que tiene que suceder. Las personas tienen que participar en el proceso si quieren que la transformación se lleve a cabo”.
La oficina del alcalde destina mensualmente horas de trabajo a las que puede acceder todo tipo de público, y los miembros de su equipo visitan los 39 consejos comunitarios al menos una vez cada tres meses. Berkowitz asegura que si alguien tiene alguna idea para mejorar la ciudad, está abierto a escucharle, ya sea en inglés o en español.