Amara Enciso la “cocinera de las estrellas” Por carlos matÍAS
Amara Enciso es la chef estadounidense de origen hispano que, a sus 31 años y sólo los siete últimos establecida en Juneau, ha conquistado los paladares más exigentes de América y Europa. El verano pasado, Amara Enciso ha representado a Alaska en el prestigioso Great American Seafood Cook-Off 2022, en Nueva Orleans, Luisiana.
Amara Enciso es la chef más joven entre los calificados como mejores chefs de los Estados Unidos. Es estadounidense de nacimiento (San Diego, California) e hispana de origen familiar. Hija de emigrantes mexicanos, se enamoró de un piloto de helicópteros estadounidense y, juntos, marcharon a Alaska, a Juneau, donde se establecieron hace siete años. Allí empezó a cocinar, primero en el lujoso The Jorgenson House y luego, poco a poco, por su cuenta. Fueron comienzos difíciles, de alternancia de distintos trabajos a la vez y dormir sólo dos o tres horas al día (algunas veces, en su coche), comienzos afrontados con la fuerte determinación de perseguir su sueño. Y lo logró.
En un tiempo récord, Amara no sólo ha conquistado el corazón de su piloto de helicópteros, un “flechazo” de Cupido en toda regla, sino también los paladares más exigentes y famosos de América y Europa, desde la “superstar” televisiva Oprah Winfrey; el presentador escocés de programas de cocina en el Reino Unido, Gordon Ramsay (dueño de varios restaurantes que llegaron a acumular 17 estrellas Michelín, de las que conserva siete actualmente); el también televisivo Guy Fieri (ganador de un premio Emmy y presentador de varias series de televisión en Food Network); el futbolista panameño Eric Davis, estrella de la Superliga de Eslovaquia, o la galardonada interiorista de lujo Shayla Copas, por citar sólo algunos ejemplos.
Artistas de Europa y América y otras ‘celebrities’ acuden a su restaurante, Brava Food, y el “boca a boca” entre famosos y personalidades ha funcionado hasta el punto de que alguno ha cogido un avión desde algún lugar de Europa, con destino a Juneau, tan sólo para conocer a Amara y sus “mágicas manos cocineras”.
También ha conquistado los paladares de los políticos. En Juneau, el gobernador de Alaska, Mike Dunleavy, es un asiduo cliente, y además también contrata a Amara para cocinar en su mansión, con motivo de recepciones oficiales o fiestas. Una de ellas, con motivo de una reunión de expertos gastronómicos latinoamericanos que querían intercambiar conocimientos y conocer al mismo tiempo las delicias de la cocina alaskeña, especialmente el salmón. Fue el vicegobernador de Dunleavy, Kevin Meyer quien nominó a Amara para que representase al estado de Alaska en el prestigioso Great American Seafood Cook-Off 2022, que tuvo lugar en Nueva Orleans, Luisiana, el pasado mes de julio. Se concentraron en este evento los cincuenta mejores chefs del país, uno por cada uno de los 50 estados. Amara formaba parte de los trece mejores chefs especialistas que optaban al título de “Mejor chef de mariscos de los EU”. “No gané el premio”, dice Amara Enciso a Sol de Medianoche, “pero sólo estar allí con los mejores chefs de todo el país ya es un premio en sí mismo”.
¿Y cuál es la “receta de tu vida?”, le preguntamos. “Te explicaré cómo se cocina un sueño”, responde Amara: “Como ingredientes, una buena dosis de amor por la cocina; muchos gramos de respeto por los mariscos y pescados que cocino; una ración grande de confianza en mí y de seguridad en lo que hago; mucha fe, mucha humildad, mucha pasión, mucha alegría; algunas especias que mi mamá me enseñó a utilizar y que le dan ese ‘toque’ casero y mexicano tan especial, pero sin abusar…” “Se mezcla todo. Batimos y echamos a la fuente de la esperanza, que meteremos en el horno, junto con el marisco o con el pescado de Pelican, en Hoonah-Angoon, de donde me traen suministros tres veces por semana. Créeme: es el mejor pescado y es el mejor marisco del mundo…” “Echamos un poco de paciencia, la justa para que nuestro sueño se vaya haciendo y dorando hasta que esté en su punto. La clave es saber esperar. Después, lo sacamos y lo emplatamos. Conviene también echar un poco de sal a la vida. Y‘voilà!’: a degustarlo y disfrutarlo”.
Volviendo al pasaje de nuestra conversación, en que ella dice que “no gané el premio, pero sólo estar allí con los mejores chefs de todo el país ya es un premio en sí mismo”, sólo nos queda concluir que Amara se equivoca: el premio es ella.