Del 4 al 6 de mayo, el Museo de Anchorage presentará un ciclo de cine mexicano de la llamada Época de Oro. Producidas entre 1936 y 1959, las películas que forman parte de este periodo se caracterizaron por su alta calidad de producción y por su éxito económico.
Cuando inició la Segunda Guerra Mundial, las economías de Europa y los Estados Unidos atravesaban por dificultades económicas, y el poco dinero que había se destinaba a desarrollar una industria armamentista. México se mantuvo neutral en el conflicto armado. Esta postura marcó la producción fílmica mexicana, pues mientras otros países se ocupaban de películas que tenían la guerra como motivo o escenario, los filmes mexicanos abordaban la realidad cotidiana de las clases media y baja. A diferencia de las compañías productoras de los Estados Unidos y Europa, los estudios de cine en México tenían recursos. Así que podían producir películas con presupuestos relativamente buenos. La Época de Oro del Cine Mexicano vio nacer comedias, películas de romance, y musicales, y también dos géneros distintivos del momento: el cine de charros y el cine de rumberas. Este periodo nos legó estrellas femeninas como María Félix y Dolores del Río e iconos masculinos como Pedro Armendáriz, Pedro Infante y Jorge Negrete. México debe muchas de sus imágenes emblemáticas a películas de este periodo, dirigidas por Emilio, el Indio, Fernández, y con la fotografía de Gabriel Figueroa. Dentro del ciclo de cine que se presentará en el Museo de Anchorage, se proyectarán las películas Las abandonadas, La perla y Flor Silvestre. Este ciclo de cine forma parte de las actividades del Día del Sol, festival dedicado a las expresiones de la cultura mexicana. Emilio, el Indio, Fernández Nació en Coahuila el 6 marzo 1904. A los diez años formó parte de las huestes de Pancho Villa en la lucha revolucionaria. Después viajó a los Estados Unidos donde se involucró en el séptimo arte en Chicago y Los Ángeles. Para él, “el cine era un medio de expresión para que un hombre tomara una idea y contara un cuento”. Regresó a México en 1939, año en que inicia su icónica carrera como director. Su talento y su prolífica trayectoria le trazaron el camino que lo llevaría a convertirse en uno de los pilares de la Época de Oro del Cine Mexicano, de la mano del fotógrafo Gabriel Figueroa. Gabriel Figueroa Nació el 24 de abril de 1907 en la Ciudad de México. Estudió pintura en la Academia de San Carlos. En 1932 inició su trabajó en el cine como fotógrafo de fijas y en 1943 trabajó en la filmación de la película Flor Silvestre, dirigida por Emilio, el Indio, Fernández. A partir de esta filmación se creó la mancuerna Fernández-Figueroa que dio al cine mexicano su temperamento mexicano, nacionalista y revolucionario. |
Las abandonadas
Margarita es abandonada por su familia al enterarse que está embarazada de un hombre casado. Con el objetivo de hacer de su hijo “un gran hombre”, Margarita trabaja en un burdel, donde conoce a Juan Gómez, un supuesto general revolucionario que resulta ser líder de una banda de criminales. Cuando Juan es asesinado, Margarita es encarcelada por complicidad. La perla Basada en la novela de John Steinbeck, esta cinta relata la historia de una familia desesperada. Cuando el hijo de Quino y Juana es picado por un alacrán, Quino trata de obtener dinero de la venta de una perla. Pero esta gema les trae más problemas debido a la mezquindad de los habitantes del pueblo. Flor Silvestre José Luis, un joven de dinero, se enamora de Esperanza, una campesina. José Luis es hijo de don Francisco, un rico hacendado que se opone a esta relación. Los jóvenes deciden casarse a escondidas. Don Francisco, furioso, deshereda al enamorado. |