Colapso sanitario por Covid en Alaska
Alaska bate récords de Covid y la mitad de los infectados se registran en Anchorage. Al cierre de esta edición, el día que más casos ha habido en la historia de la ciudad ha sido el 14 de septiembre, con 1,095 nuevos contagios. El 20 de agosto, varios médicos de prestigio dieron la primera voz de alarma. El CDC también. No les hicieron caso. El 14 de septiembre, otros 40 sanitarios lanzaron la segunda alerta: el Covid colapsa el hospital más grande del estado, desborda los otros dos más importantes e impide atender a los enfermos de otras dolencias. Tampoco los escucharon. Dave Bronson se niega a exigir tapabocas y seguir las instrucciones del Gobierno. La emergencia nacional es inminente.Alaska vive las peores semanas del Covid desde el inicio de la pandemia. La mitad de los infectados se registran en Anchorage. 2,127 el martes, 7 de septiembre (cifra que incluye los casos del fin de semana anterior); otros 837 el día 8; el 9 fueron 838 más; otros 693 el 10; el 14 fue el día de más casos nuevos reportados en una sola jornada, en toda su historia pandémica, con 1,095. El 15 no fueron muchos menos: 1,089…
El 20 de agosto, varios especialistas de prestigio, entre ellos la doctora y epidemióloga Andrea Caballero, dieron la primera voz de alerta. El 14 de septiembre, otros 40 profesionales del Providence Alaska Medical Center acudieron a la reunión semanal de la Asamblea de Anchorage para dar una segunda alarma: el Covid está colapsando el hospital más grande del Estado, lleva al límite a los otros dos más importantes de la ciudad (Anchorage Native Medical Center y Alaska Regional) e impide atender a los enfermos con otras dolencias. Están desbordados. Pero Dave Bronson se niega a atender la petición de la Asamblea y las recomendaciones del Gobierno estatal. El goteo de casos nuevos no cesa. Es la oleada más violenta de Covid desde el inicio de la pandemia, hace año y medio. Los datos que ofrecemos son oficiales y los ha publicado The New York Times. Son cifras que se actualizan “en vivo”. Nos acercamos a los cien mil casos con un incremento del 20% en mortalidad y de más del 30% en hospitalizaciones. Alaska es la triste noticia del Covid en los principales periódicos del país y las autoridades locales permanecen insensibles y despreocupadas. Bronson ignora a la Asamblea Dave Bronson es de los que no se alarman. En un comunicado del 14 de septiembre, fecha en que la Asamblea de Anchorage le pidió que exigiera tapabocas en las dependencias municipales, el alcalde la de la ciudad más infectada de Alaska y una de las más afectadas de Estados Unidos insiste en no obligar a usar mascarillas faciales, ni a vacunarse, ni a tomar medidas extremadamente importantes para intentar frenar al virus, cuya variante Delta es la más contagiosa y mortífera de todas las que ha habido hasta ahora. Bronson dice que las recomendaciones del Gobierno son una “elección personal” e individual. “No violaremos la privacidad y las decisiones de salud independientes de nuestros ciudadanos”, asegura en su comunicado. Más hospitalizaciones Los médicos del Providence Alaska Medical Center –el hospital más grande del Estado– al igual que ANMC y Alaska Regional, también en Anchorage, tienen que racionar la atención a otros pacientes ante una de las peores oleadas de Covid del país. Los enfermos que acuden a los Servicios de Urgencias tienen que esperar horas dentro de sus coches para ser asistidos. “Ya no podemos atenderlos debidamente”, dice la doctora Kristen Solana Walkinshaw, jefa de personal y portavoz del Comité Ejecutivo Médico de Providence. “El número de pacientes y su gravedad exceden nuestra capacidad de personal capacitado, como enfermeras y terapeutas respiratorios (…) Estamos en crisis: cuando tenemos cuatro pacientes y dos máquinas, dos pacientes no reciben atención”, comenta. El epidemiólogo Joe McLaughlin asegura que Alaska sufre uno de los peores brotes de Covid en Estados Unidos. “Alaska tiene más personas hospitalizadas por Covid que en cualquier otro momento de la pandemia y ocupa el segundo lugar, después de Dakota del Norte, por el porcentaje de aumento en las hospitalizaciones en las últimas dos semanas”, ha declarado a mediados de septiembre. Pero la situación varía de un día para otro y Alaska ha pasado de este “segundo lugar” al cuarto, después de Virginia Oeste, Tennessee y Kentucky. Dakota del Norte ha pasado del primer puesto al quinto. Cuando esta edición de Sol de Medianoche vea la luz, la situación habrá cambiado de nuevo. El CDC (Centro de Control de Enfermedades) también ha encendido sus “luces rojas”. El 17 de septiembre, el Alcalde Bronson anunció un nuevo director para el Departamento de Salud, Joe Gerace. Aunque el señor Gerase tiene experiencia en el manejo de desastres, pues ha sido bombero, paramédico y comandante de patrullas médicas, su nombramiento aún tendrá que ser confirmado por la Asamblea. Catástrofe y emergencia nacional “A medida que observamos el aumento de las tasas de casos en nuestra comunidad, anticipamos una escalada en las hospitalizaciones por Covid en las próximas semanas. Lo que ya es una situación estresante podría progresar rápidamente a una catástrofe”, alerta la doctora Solana Walkinshaw. “Ya no tenemos camas de UCI (Unidad de Cuidados Intensivos), ni equipo para diálisis”, declara a este periódico la doctora Andrea Caballero, una de las dos doctoras especialistas de los seis en todo el Estado y la única en contacto con la comunidad latina. “Las enfermeras han pasado de tener que cuidar cada una a dos enfermos a tener que atender cada una a tres, en jornadas de doce horas diarias. Falta personal. No puedo entender la insensibilidad de las autoridades locales y estatales”. Andrea Caballero ha animado a sus colegas médicos, a los enfermos y a sus familiares para que contacten con sus representantes en la Asamblea de la Municipalidad y con sus senadores, para urgirles a que tomen soluciones. “El doctor Savitt dice que hay que vacunarse. Pero ya no hay tiempo porque las vacunas hacen efecto al cabo de unas semanas y, para entonces, estaremos ante una emergencia sanitaria nacional. Los recursos se están agotando”. Decidir quién vive y quién muere “Los médicos hacemos el Juramento Hipocrático y nos comprometemos a curar a los enfermos”, señala la doctora Caballero. “Es muy duro tener que decidir a quién poner un respirador y a quién no, porque no hay equipos suficientes. Nos obligan a decidir quién vive y quién muere. No poner soluciones es una tremenda falta de solidaridad. No estamos preparados para esto. Es tercermundista”. El Gobierno asegura que la salud y la seguridad de los habitantes de Alaska “es nuestra máxima prioridad” y aconseja firmemente practicar el distanciamiento social a un mínimo de seis pies, por lo menos; extremar las medidas de higiene, sobre todo lavándose las manos; usar cubrebocas y hacerse las pruebas de detección de anticuerpos: “Protéjase y proteja a los demás (…) Juntos podemos frenar la propagación del Covid-19 y mantener seguras a nuestras comunidades”. Por ahora, la aplicación de la vacuna, el uso de cubrebocas y el hacerse la prueba contra el Covid, son la mejor manera para combatir la pandemia. |