Nota de opinión
El 6 de enero, los supremacistas blancos asaltaron el Capitolio de nuestra nación en un violento intento de golpe de Estado con el objetivo de destruir nuestro proceso democrático y detener la histórica transferencia pacífica del poder presidencial.
Como alaskeños, creemos que todos los votantes elegibles tienen derecho a que su voz sea escuchada. Esto es crucial para crear una democracia más representativa que refleje las diversas ideas y necesidades de nuestros vecinos. Pero los acontecimientos del miércoles, 6 de enero, y las acciones que los llevaron a cabo fueron un ataque directo a la democracia, una afrenta a los ciudadanos que votaron en cifras récord en 2020, y a los funcionarios que administraron heroicamente una elección segura y legal frente a desafíos sin precedentes. La violencia que presenciamos en Washington, D.C. y otros lugares en todo Estados Unidos fue alimentada por esfuerzos sistemáticos del presidente Trump y medios extremos como One America News Network y Newsmax para distorsionar la verdad sobre el proceso democrático, amplificar teorías conspirativas sin base a través de cámaras de eco en línea e incitar al miedo y la división en todas nuestras comunidades. El ataque también fue motivado por cientos de años de supremacía blanca y racismo sistémico. El privilegio blanco era el frente y el centro mientras una violenta multitud arrasó con edificios gubernamentales, poniéndose por encima de la ley y negando categóricamente las voces de millones de estadounidenses. Este asalto a nuestra democracia ocurre también aquí en nuestra propia casa. Nuestro propio gobernador apoyó una demanda para revocar las elecciones nacionales. Los legisladores de Alaska que son cómplices incluyen al representante David Eastman, quien estaba en D.C. en la manifestación de Trump justo antes del ataque al Capitolio; y las representantes Sarah Vance, Ben Carpenter, George Rauscher, Colleen Sullivan-Leonard y la senadora Lora Reinbold que utilizaron su cargo oficial para apoyar el intento de la anulación de los resultados de las elecciones de 2020. Estos legisladores, el presidente y blogueros promotores de conspiraciones como Must Read Alaska han envalentonado a los residentes locales para hostigar y amenazar a la Asamblea de Anchorage, a la alcaldeza interina y a sus familias. Están sembrando división y violencia, mientras nos damos cuenta de más amenazas en los días venideros. Los líderes de Alaska que apoyaron esta insurrección deben rendir cuentas. Los legisladores que hicieron un juramento de proteger y defender la constitución en un instante, pero luego tratan de derrocarlo en otro han demostrado ser incapaces para el deber, e incapaces de llevar a cabo las responsabilidades de un cargo electo. Es por eso que pedimos que renuncien a sus cargos, y si no lo hacen, pedimos a los miembros de la Cámara de Alaska y del Senado que remuevan a estos legisladores del cargo por un voto de dos tercios de las respectivas cámaras. Los alaskeños no debemos seguir siendo complacientes en este momento. Además de exigir responsabilidad de nuestros líderes electos, debemos involucrar activamente a nuestros amigos, familias, vecinos y compañeros de trabajo en el diálogo y la acción para proteger nuestra democracia. La seguridad y la dignidad de las generaciones actuales y futuras dependen de ello. El Alaska Center, Planned Parenthood Votes Northwest and Hawai’i, Alaska Black Caucus, Fairbanks Climate Action Coalition, Alaska Poor People’s Campaign, Alaska Public Interest Research Group, Alaska Community Action on Toxics, Native Movement, y Enlaces. |