El mitin de Trump atrae atención internacional
El sábado 09 de julio, Donald Trump visitó Anchorage, Alaska.
Fue un evento sorprendentemente grande que pareció surgir de la nada. Porque en un lugar como Anchorage, tener a alguien que valga la pena cubrir con fuentes de noticias internacionales, el News.com de Australia y el Independent del Reino Unido, es ciertamente un acontecimiento grande, no solo para la ciudad, sino para todo el estado. Trump llegó a Anchorage en su nueva ronda de discursos políticos, que diluye la línea entre una campaña política y una extensión de su “Gran Mentira” la cual insiste que Biden robó las elecciones de 2020. Si bien Trump no hizo comentarios sobre si iba o no a postularse para presidente en 2024, la respuesta de la multitud dijo todo lo que necesitamos saber: Trump todavía tiene un gran número de seguidores, y mientras continúe afirmando lo que ellos ya creen, no dejarán de seguirle. Conduciendo hasta el evento, ubicado estratégicamente entre Providence y UAA, la energía era extremadamente familiar, como un partido de fútbol entre los Thunderbirds de East y los Eagles de West, excepto con el peso adicional de que el resultado de este evento nos afecta a todos. Más allá de las aceras cerradas, las patrullas policiales cuidadosamente ubicadas y el tráfico que avanzaba como caracol, todo lo que se podía ver era gente. Había gente esperando en la fila, gente protestando (y contraprotestando), y mucha gente vendiendo mercancía de Trump. Cualquier mercancía que quisieras, la podías encontrar: camisetas, gorras, cristales, banderas, llaveros, muñecos, recortes de cartón e incluso globos. Todo con la imagen de Trump o con su nombre, por supuesto. Para entrar en el Alaska Airlines Center, el cual tiene un cupo de 5,000 asientos, tenías que ser un ávido partidario de Trump y un madrugador al mismo tiempo. Según el Washington Post, los asistentes fueron alineados según la cantidad que pagaron para entrar. Y con base en los mensajes de texto recibidos antes del evento, estaba claro que, si bien Trump no estaba vendiendo técnicamente boletos reservados, los mensajes de texto de seguimiento se aseguraron de que supieras que estabas destinado a donar con mensajes como: “Por favor, contribuya con cualquier cantidad INMEDIATAMENTE para ACTIVAR su membresía oficial como fundador de Trump 2022”. El evento comenzó con una pequeña oración (cristiana) antes de cualquier otra cosa, antes del juramento de lealtad a la nación, el himno nacional, y la canción de la bandera de Alaska. La oración vino antes de los interminables gritos de “¡Estados Unidos! ¡ESTADOS UNIDOS! ¡Estados Unidos!” cada vez que iniciaba un nuevo orador. Los invitados hablaron en el siguiente orden: el presidente de MyPillow, Mike Lindell, la candidato al Senado, Kelly Tshibaka, la ex gobernadora, Sarah Palin y, finalmente, el mismo Trump. Mike Lindell, quien ha sido un socio activo en la campaña de Trump durante años y ha dicho una y otra vez que ha invertido más de $25 millones solo en el 2021 para alimentar la “Gran Mentira” de Trump. “Gastaré lo que sea necesario”, dijo Lindell a la antigua CNBC, sugiriendo que ha seguido gastando en 2022 y si es necesario más allá. Inició un discurso que pronto sería repetido de muchas maneras diferentes por los siguientes oradores. Una vez que eso se hizo obvio, la composición completa del evento fue entonces clara: Trump no estaba necesariamente aquí para mejorar sus posibilidades electorales de 2024, estaba aquí para expulsar a Murkowski. “No sé dónde estarán otras personas el próximo año, pero sé dónde estaré”, dijo Trump a The Hill a principios de 2021, “en Alaska haciendo campaña contra un senador desleal y muy malo”. Murkowski, senadora republicana, ha estado públicamente en contra de Trump durante algún tiempo. Ella fue uno de los siete republicanos que votaron para acusar a Trump con base en su participación en el ataque al Capitolio del 6 de enero y es la única republicana que queda en acusarlo que todavía se postula para el senado en 2022. Su contendiente, según la campaña de Trump, al menos, es Kelly Tshibaka, “una guerrera conservadora”, como la llama Trump. “Este escaño en el Senado a menudo es el voto decisivo que puede afectar a toda la región de la nación”, señaló Tshibaka durante su discurso. El escaño al que se refiere es el que está en juego este noviembre: Murkowski podría ser reemplazada. Actualmente hay 19 candidatos programados para las primarias del Senado que se llevarán a cabo el 16 de agosto de 2022, seguidas por las elecciones generales que comenzarán el 8 de noviembre de 2022. |