Las únicas herramientas que los Ba-Lescas usan para sus cultivos son palas, picos y rastrillos. Fotos/Photos: Óscar Avellaneda
De la cultura indígena mexicana para Alaska Siembra con sistemas de agricultura tradicional
POR SOL DE MEDIANOCHE Y B. GARCÍA
Los Ba-Lescas no usan herbicidas ni insecticidas. Fotos/Photos: Óscar Avellaneda
La familia Ba-Lescas brinda a la mesa alaskeña vegetales frescos cultivados con métodos tradicionales. Las raíces de sus sistemas de cultivo son tan profundas que se extienden hasta el corazón de las culturas indígenas del sur de México. Ellos aprovechan los conocimientos de los sembradores de estas etnias, que se transmiten de generación en generación y de familia a familia, y cosechan en jardines de personas generosas que les abren sus casas y sus corazones en Anchorage y Palmer. La variedad de jardines les permite aprovechar diferentes microclimas y tipos de suelo para producir fresas, legumbres, betabeles y zanahorias, entre otras frutas y vegetales.
La familia aprovecha las cortas y múltiples etapas de crecimiento que se dan en Alaska a lo largo del verano. Gracias a ellas ofrecen verduras que se dan al principio de la estación como la mostaza y las cebollitas verdes, a la mitad como las espinacas y los rábanos, y al final, como las papas y las habas.
Además de estos cultivos, la familia Ba-Lescas brinda productos que dan cuenta de la riqueza del campo mexicano, como son el epazote y la flor de calabaza. La experiencia de toda una vida en el campo complementada con años de estudio, hacen que la familia Ba-Lescas cultive de una manera natural, saludable y eficiente.
En cuanto a sus conocimientos sobre agricultura tradicional, el señor Ba-Lescas comenta: “puedo construir un arado de madera, o domar un toro o un caballo para formar una yunta tradicional. En nuestros campos éramos autosuficientes. En la comunidad en que nací aprendemos a sembrar en terrenos accidentados o en grandes pendientes. En aquel sitio, cuando el agua era inaccesible, construíamos sistemas de riego, con canales que acarreaban agua desde una gran distancia. Por lo general ofrendábamos algo a Dios para agradecer el agua con la que podíamos cosechar. En el idioma que aprendí de niño no tenemos una palabra para nombrar el agua; sólo le llamamos ‘el líquido de Dios’”.
La familia Ba-Lescas comparte con sus clientes sus amplios conocimientos sobre agricultura tradicional y sobre el arte culinario para que todos puedan disfrutar de los sabores de la verdura fresca y aprovechar los beneficios que ésta trae a su salud. Se les puede visitar en los mercados agrícolas de Spenard, Muldoon, y Alaska Pacific University.