REflexiones sobre el programa
de inmersión en español
por sofía lestina
En el primer día de inmersión en español, aprendimos canciones como “Cielito lindo”, “De colores”, y “Soy una pizza”. Esos días estaban llenos de sonrisas y alegría sin entender aún cuánto afectaría el idioma español a nuestro futuro.
A lo largo de los años, la inmersión en español ha abierto la puerta de posibilidades y oportunidades a todos y cada uno de los estudiantes. Por ejemplo, nuestra compañera de clase Gwendolyn Mueller viajó a Nicaragua para ser un traductor para doctores en el Centro de programas para el desarrollo en Centroamérica con la clínica de salud Nueva Vida. Otra estudiante, Sofía Lestina, se aventuró a Bolivia para construir un refugio para los niños. Muchos de nosotros estamos cursando carreras o programas universitarios para incrementar nuestras oportunidades porque hablamos español, como la obtención de un grado de especialización en el idioma, convertirnos en embajadores de los Estados Unidos o colaborando como traductores en instancias como el FBI entre otras. Debatir en temas como la pobreza, la corrupción del gobierno y el narcotráfico, nos ha permitido obtener una perspectiva global. Realmente creemos que la comunicación es la clave para reunir a personas de todo el mundo que provienen de diferentes culturas, países y creencias. Y a pesar de que hoy miramos hacia atrás y recordamos con nostalgia nuestra niñez, esperamos con ansias un futuro más brillante. Agradecemos a nuestros maestros por guiarnos a través de estos años y agradecemos especialmente a nuestros padres que pensaron en inscribirnos en el programa de inmersión en español hace muchos años. |