¿Unidos contra Tshibaka? Estrategia electoral en la votación por preferencia
por gabriel dawson
Desde enero, la senadora republicana de Alaska Lisa Murkowski ha recibido fuertes críticas por parte del ex-presidente Donald Trump por su deslealtad partidista. “Ella representa a su estado, mal y a su país peor… no sé dónde estarán otras personas el año que viene, pero yo sé dónde voy a estar– en Alaska, en campaña en contra de una desleal y muy mala senadora”. A medida que el control ideológico de Trump sobre los votantes y políticos republicanos persiste, parece que Murkowski no tiene posibilidad de ser reelegida. Este sería el caso en una elección normal. Sin embargo, el método de clasificación de preferencia electoral que adoptó Alaska recientemente tiene el potencial de cambiar esto. Una primaria abierta, junto a la habilidad de los votantes de clasificar múltiples candidatos, en vez de solo uno, significa que los votantes republicanos no son los únicos responsables de decidir su futuro político.
En este momento, la campaña está dominada por tres candidatos. La Trumpista, Kelly Tshibaka (39%), quien ganaría en el sistema electoral estándar, el demócrata Al Gross (25%) y la actual senadora republicana Murkowski (19%), quien no es muy favorecida por los republicanos, pero que es llamativa para los Demócratas como el menor de dos males comparada con Tshibaka. Los votantes republicanos van a saber qué tipo de conservadurismo es más atractivo, el de Tshibaka o el de Murkowski, pero los demócratas de Alaska tienen un cálculo más interesante que hacer.
Considerando la posibilidad de que exista una coalición flexible entre demócratas y republicanos moderados en Alaska (unificados en oposición a Tshibaka), este grupo aparenta tener tres maneras para derrotar a Tshibaka. Los votantes de Gross pueden votar por Gross y los de Murkowski por Murkowski, o los dos grupos pueden votar por el que va ganando (Gross), o los dos se pueden unir a favor de Murkowski. Aunque no lo parezca, la única opción factible para una victoria, esta última es la única que puede garantizarla.
Aunque los demócratas ven a Gross como una mejor opción que Tshibaka, y puede que la clasifiquen de segunda, los votantes de Murkowski van a preferir a Tshibaka y no a Gross. Así que, si Murkowski es eliminada, en vez de que Gross gane los votos de Murkowski, Tshibaka se los llevaría, dándole más aún ventaja sobre Gross. Igualmente, si Gross es eliminado, los votos de sus electores irían a Murkowski, poniéndola por delante de Tshibaka.
Basado en el desempeño de Gross en las encuestas, si los votantes califican a su favorito como “1”, Murkowski sería eliminada. Si no quieren que sus votos favorezcan a Tshibaka, los votantes de Gross y de Murkowski tienen que calificar a Murkowski como “1”. Claro, esta representación del comportamiento electoral esperado es generalista, especulativo y se basa en datos de encuestas imperfectas. Es posible que Gross gane más apoyo durante su campaña y se vuelva más competitivo en contra de Tshibaka, sin importar la estrategia de los votantes. Sin embargo, esto no significa que esta estrategia sea descartada. Nadie sabe el resultado de la elección, pero para los demócratas que no quieren que Tshibaka gané, deben considerar esta alternativa.