LA HISTORIA Y LA ESPERANZA
Siendo padres, abuelos, tíos y vecinos, a todos nos importan los niños en nuestras comunidades y su bienestar. Probablemente, conocemos al menos a un niño o una niña que tiene dificultades en la escuela, que tiene comportamiento difícil, que se retira y no quiere hablar, que visita frecuentemente a la enfermera, no viene a clase porque está enfermo, o llega a la escuela tarde con frecuencia.
Tal vez tenemos también un amigo adulto que desea ser más saludable, pero que lucha contra la depresión, ansiedad, hábitos de alimentación o abuso de substancias o con problemas médicos fuera de control. Es posible que nosotros seamos ese adulto, o fuimos ese niño. Una situación que puede ser confusa, abrumadora y que no sabemos manejar o solucionar. Lo que nos han enseñado décadas de investigación científica – y milenios de conocimiento indígena ancestral – es que estos eventos difíciles que pasan en la niñez (conocidos como “adverse childhood experiences”/experiencias adversas de la niñez o “ACEs”), como abuso o negligencia, el haber sido expuesto al estrés constante como la violencia doméstica, abuso de sustancias en el hogar, maltrato o discriminación en la comunidad, etc, pueden tener efectos negativos en los niños en la escuela y pueden durar hasta la edad adulta y prolongarse hasta la siguiente generación. Los efectos incluyen una amplia lista de problemas sociales y de salud física. Por ejemplo, las ACEs aumentan el riesgo de que la gente se vuelva adicta a las drogas o al alcohol, que sea propensa al suicidio, que abandone la escuela, que tenga problemas en el trabajo y que desarrolle enfermedades del corazón o cáncer. Esto no quiere decir que todos los problemas que los niños o los adultos presentan tienen su origen en estas experiencias abrumadoras durante la niñez, pero muchos de ellos sí. Como dice el Dr. Rob Anda, que dirigió la investigación original de las ACEs, “Lo que se puede predecir, se puede prevenir.” Al entender, podemos apoyar a las familias, las comunidades y las instituciones a prevenir las ACEs y otros tipos de estrés angustiante o tóxico y ayudar con esto a que los que han experimentado las ACEs puedan sanar. Una de las metas importantes del Alaska Resilience Initiative es proveer la educación, el apoyo y promover el cambio de prácticas en la escuela y el gobierno para ser “trauma-informed”(informados acerca del trauma) y culturalmente sensibles. Por ejemplo, ofrecemos entrenamiento a las escuelas para que los maestros dejen de recurrir en exceso al castigo al lidiar con los comportamientos difíciles en sus clases, y puedan enseñar a los niños a entender y a calmar sus emociones. También hablamos del papel del racismo en el castigo dentro de las escuelas y como se puede crear equidad y respetar las culturas de los estudiantes. Hay muchas formas de usar esta información para ayudar a los niños y los padres en nuestras vidas, maneras de construir sobre la ciencia y el conocimiento ancestral para sanarnos y maneras para transformar las instituciones y las políticas que nos afectan a nosotros y a nuestras familias. Por favor, contáctenos, aprenda más y participe en este movimiento estatal. Puede encontrarnos en www.akresilience.org y en Facebook, Twitter y YouTube. |