Superando barreras Esfuerzos de vacunación en Indígenas Americanos y Nativos de Alaska
por campbell small
Sarah Linder, enfermera de atención médica tribal del suroeste de Alaska en Yukon-Kukokwim Health Corp, vacunando a James Evans, un nativo de Alaska. Esto fue tomado en la pista en la aldea de Napakiak donde Evans trabaja para el YKHC en la clínica.
De acuerdo al laboratorio de investigación de la Asociación Americana de Psicología (APA), en marzo de 2021, las personas indígenas tenían una probabilidad 3.3 veces mayor de morir de COVID-19 que las personas blancas o asiáticas. Para el primero de Julio de 2021, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) encontró que 38.7% de todos los Indígenas Americanos o Nativos de Alaska (IANA) están completamente vacunados, número más alto que el de cualquier otro grupo étnico o racial. Los esfuerzos de la Nación Navajo y los Nativos de Alaska son lecciones de resistencia dignos de explorar.
El CDC sugiere que los grupos IANA sufrieron por la falta de acceso a alojamiento estable, comida saludable, agua y transporte. Estos problemas contribuyen al desarrollo de comorbilidades (enfermedades y/o a diversos trastornos que se añaden a la enfermedad inicial), como la diabetes, que hacen más probables los casos fatales de COVID-19. La nación Navajo encaró grandes desafíos porque muchos residentes carecían de agua limpia, lo que impide medidas como el lavado de manos. Desafíos financieros en estas comunidades previenen el mantenimiento de recursos como hogares que no sean multigeneracionales o transporte confiable, los cuales son esenciales en una pandemia.
Los grupos IANA tienen una historia repleta de epidemias y abuso médico. Han sido víctimas de experimentos forzados o esterilizaciones involuntarias. La discriminación que viven se refleja en su expectativa de vida, la cual es 5.5 años menor que la de cualquier otra raza en EE.UU. Esto hace que la resistencia a la vacunación sea un escenario probable.
Entonces, ¿cómo han sido tan exitosos con el despliegue de la vacuna contra el COVID-19? Bueno, estas comunidades recibieron mucho más financiamiento que en años previos. El Servicio de Salud India (IHS) recibió 9 mil millones de dólares, suma mayor que los 5.8 mil millones que recibió en 2019. Además, 74% de las comunidades IANA tienen una perspectiva comunitaria con respecto a la vacunación de acuerdo a una encuesta por el Urban Indian Health Institute. El presidente de la Nación Navajo, Jonathan Nez dijo: “Acá, usar una máscara no era un pronunciamiento político. No era sobre individualismo. Era sobre el bien común”. Los datos de vacunación reflejan esto.
La gente IANA tiene más control sobre sus protocolos de vacunación. Dan prioridad a los ancianos en su despliegue de vacunación, dado a que ellos tienen una tasa de mortalidad alta y su bienestar ayuda a la supervivencia cultural. Además, adaptaron los métodos para desplegar las vacunas. En Alaska, algunas fueron transportadas por trineo y pilotos locales que llevaron farmacéuticos y vacunas a las áreas rurales y aldeas indígenas. Las comunidades IANA enfatizaron el acceso a las vacunas ofreciendo citas privadas, por auto y eventos masivos. Algunas incluso crearon centros operados por hablantes de idiomas nativos para responder dudas sobre las vacunas, lo que permitió el acceso de información confiable a las comunidades por parte de gente que entendiera su cultura. Finalmente, esta es una historia de superar barreras, sin importar las cartas que tocaron, y es claro que podemos aprender mucho de lo que hicieron estos grupos para sobrevivir la pandemia.
Campbell Small creció en Albuquerque, Nuevo México. Asiste a la Universidad de Linfield, donde estudia Ciencias Políticas y Salud Pública. Ella está interesada en la política de salud pública, así como en los diversos factores que contribuyen a los resultados de salud pública.