La mayoría pensamos en la tuberculosis como una enfermedad que fue erradicada hace mucho tiempo. ¿Pero sabías que Alaska encabeza la lista de casos reportados en la nación?
La tuberculosis, o TB, es una de las enfermedades humanas más antiguas, que datan de hace miles de años. Desafortunadamente, la tuberculosis sigue siendo una epidemia en muchas partes del mundo, causando la muerte de casi un millón y medio de personas anualmente. Mientras que la enfermedad es ahora prevenible y curable, Alaska todavía tiene una tasa de TB aproximadamente tres veces mayor que la tasa nacional. La tuberculosis tiene una historia devastadora con los pueblos nativos en Alaska que son los que más sufren de ella. Las tasas de infección y mortalidad en Alaska a principios de 1900 estuvieron entre las más altas del mundo. Las personas nativas de Alaska son afectadas de manera desproporcionada, especialmente en el suroeste y el norte de Alaska. Las poblaciones urbanas sin hogar y algunas poblaciones inmigrantes también sufren de altas tasas de tuberculosis. La tuberculosis es una enfermedad infecciosa que afecta comúnmente a los pulmones, pero también puede afectar otras partes del cuerpo. Los gérmenes de la tuberculosis se propagan por el aire cuando una persona con tuberculosis en los pulmones tose, estornuda o habla. Dichos gérmenes pueden permanecer en el aire durante varias horas. La tuberculosis no se propaga compartiendo alimentos y bebidas, tocando a alguien, o a través de ropa de cama o asientos de inodoro. Las personas con enfermedad de tuberculosis a menudo tienen tos prolongada. Otros síntomas incluyen pérdida de peso inexplicable, fatiga, fiebres, sudores nocturnos y tos con sangre. Si se detecta tuberculosis, el paciente debe tomar antibióticos por lo menos de seis a nueve meses para lograr curar la enfermedad. Cualquier persona puede tener tuberculosis, pero debido a que sus síntomas son similares a otras enfermedades, puede ser fácil no detectarla si los proveedores de atención médica no están acostumbrados a buscar tuberculosis en el paciente. Las enfermeras de salud pública de Alaska desempeñan un papel vital en el control de la tuberculosis. Están capacitadas para reconocer los síntomas, recolectar flema para probar la tuberculosis activa, manejar a los pacientes con la infección y controlar a los casos, así como proporcionar una valiosa educación sobre esta enfermedad a los proveedores de atención médica y pacientes. Además, también trabajan para abordar las condiciones que harían que la tuberculosis sea más difícil de controlar. Esto incluye factores como la falta de acceso a atención médica, vivienda, alimentos saludables, educación y empleo. Para más información: los centros para el control y la prevención de enfermedades proporcionan páginas en español sobre la tuberculosis, https://www.cdc.gov/tb/esp/publications/factsheets/default.htm El Departamento de salud y servicios sociales de Alaska también tiene una página con información, http://dhss.alaska.gov/dph/Epi/id/Pages/tb.aspx. |