Viven los jóvenes un momento difícil
Es un momento duro para los jóvenes de nuestro estado. Los niños y adolescentes en Alaska enfrentan una serie de desafíos, desde la educación hasta el acoso escolar y la salud mental, que tienen consecuencias profundas tanto para sus residentes como para el estado en general. Datos recientes publicados por Alaska Public Health Analytics y Providence Hospital han revelado estadísticas alarmantes sobre la salud mental y el bienestar de los jóvenes en Alaska. El estado lidera la nación en la tasa de suicidios de jóvenes, donde actualmente uno de cada cinco niños intentará suicidarse.
Estos datos son sumamente preocupantes, especialmente si consideramos que existe una marcada diferencia entre las tasas de suicidio adolescente en las áreas rurales y urbanas de Alaska. Entre 2016 y 2020, el número de suicidios de adolescentes por cada 100,000 habitantes en el norte de Alaska alcanzó una cifra alarmante de 150, mientras que en Anchorage fue de 19. A finales de 2020, Beverly Schoonover, quien era directora del Consejo Estatal de Prevención del Suicidio, dijo a Alaska Public Media que la prevalencia de traumas infantiles y problemas como la desigualdad económica han sido los impulsores de este problema mucho antes de la pandemia. Además de todo esto, la infraestructura de salud mental del estado no está preparada para enfrentar la crisis actual. En 2019, un estudio realizado por el Centro Schaeffer de Políticas de Salud y Economía de la Universidad de California del Sur (USC) encontró que, si bien Alaska tiene una cantidad mayor que el promedio nacional ya subóptimo de profesionales de la salud mental, aún hay escasez en todo el estado, incluso en áreas rurales. Esto afecta la capacidad de la infraestructura de salud mental para satisfacer las necesidades de los pacientes jóvenes. Los datos recientes publicados por APHA también muestran que, en Alaska, al menos el 80% de los jóvenes con enfermedades mentales tienen necesidades no satisfechas. Esto es especialmente preocupante, dado que se requiere una intervención temprana en la atención de salud mental en el estado. Los datos también indican que el 50% de todas las enfermedades mentales a lo largo de la vida en Alaska comienzan antes de los 14 años. Los desafíos van más allá de estas preocupantes estadísticas de salud mental. Según nuevos datos recopilados por la Fundación Annie E. Casey en colaboración con organizaciones sin fines de lucro estatales, incluida Alaska Children ‘s Trust, Alaska ocupó el puesto 41 entre los estados en el bienestar general de los niños. El informe Kids Count de la fundación mostró que los niños de Alaska enfrentan dificultades tanto en la salud como en el aprendizaje. El informe planteó preocupaciones sobre la competencia en lectura y matemáticas, con un aumento en el porcentaje de estudiantes de octavo grado que no tienen competencia en matemáticas y estudiantes de cuarto grado que no tienen competencia en lectura entre 2009 y 2019. Además, el informe indicó que solo alrededor de un tercio de los niños que ingresaron al jardín de infantes entre 2021 y 2022 se consideraron listos para la escuela, lo que resalta la necesidad de programas de educación y apoyo en la primera infancia. Las escuelas en el estado también enfrentan un importante problema de acoso escolar, según el Informe de Comportamiento de Riesgo Juvenil de Alaska 2019. Según los datos, el 25.5% de los estudiantes de secundaria tradicionales informaron haber sido víctimas de acoso escolar en las instalaciones escolares y el 19.4% experimentó acoso electrónico. Estas cifras angustiantes contribuyen a un entorno hostil e inseguro para los estudiantes, como lo demuestra el 12.3% de los estudiantes de secundaria que informaron haber faltado a clases debido a sentirse inseguros. No es una exageración decir que el futuro del estado reside en sus jóvenes. Por lo tanto, es imperativo tomar medidas inmediatas para priorizar el apoyo en salud mental, programas de intervención temprana y entornos de aprendizaje seguros para proteger y fomentar el bienestar de los jóvenes de Alaska, y garantizar que nuestro estado sea un hogar que brinde un terreno firme para su crecimiento y su seguridad. |